Fiel a ese sonido que conjuga el flamenco, el pop y el rock y a esa voz y esas letras tan personales, el incombustible autor de Volando voy repasa 40 años de carrera con su primer disco en directo, Doble vivo. Catalán criado en Andalucía, José María López Sanfeliu, Kiko Veneno, (Figueres, 1952), lleva de gira este recopilatorio, con unas versiones en acústico y otras arropado por una orquesta.

A la hora de hablar sobre el universo femenino, rechaza eso de "sexo opuesto" porque "hoy somos conscientes de las peculiaridades de ambos, pero se tiende más a la comprensión que al enfrentamiento", dice. Los tópicos existen, las diferencias también, pero sirven para "reflexionar y comprender", asegura.

A su juicio, la mujer suele ser más intuitiva y comprende mejor los sentimientos. "Por eso si desean hacer daño lo hacen de verdad. Pero cuando quieren, quieren más y mejor", afirma. De ellas ha aprendido "a ser más comprensivo, valorar los detalles, intentar ser menos brusco y egoísta y a socializar más". De los hombres, elogia la nobleza "cuando la tienen" y "su constancia y espíritu de superación".

Se recuerda como un tímido romántico: "A los 6 años me enamoré de una niña, soñaba que la cogía en brazos y la levantaba al cielo, bonita metáfora, ¿no? Después me enamoré de la mujer de un amigo de mis padres, la miraba fijamente y se ru­borizaba, no sé, cosas de niños, cosas de mayores, ¿son lo mismo, no? En la pubertad me volví más tímido y no empecé a superarlo hasta que comencé en la música".

Le atrae de la mujer "su misterio". Y descubrir la hermosura menos aparente. "Las mujeres de bandera me gustan mucho, pero en el fondo, como a muchos hombres, me dan miedo", dice. Sobre la visión de la sexualidad, ve diferencias entre ambos sexos: "Y entre cada hombre y cada mujer también. Aunque ahora los hombres asumimos más la sensibilidad que antes y muchas mujeres tienen hoy un papel más activo". Opina que la mujer, en general, "se entrega más", y el hombre tiene una noción "más laxa, más cómoda" de la fidelidad.

"Cuando era chico no se veían hombres cambiando pañales...", comenta. Sobre la igualdad, reflexiona: "¿Significa que las mujeres deben ser tan dominantes y guerreras como los hombres? Ellas nunca han formado un ejército, pero consolar al guerrero puede ser igual de belicista. Somos dos caras de la misma moneda, separarnos por sexos no es del todo real". Él apuesta por unir "los valores masculinos y femeninos. Eso es lo que nos interesa: lo que podemos hacer juntos".