El cuerpo del músico David Bowie, fallecido el pasado domingo a los 69 años a consecuencia de un cáncer, fue incinerado muy poco después de su muerte en una ceremonia en Nueva York.

Siguiendo los deseos del propio artista, no hubo familiares ni amigos en la sencilla ceremonia, que tuvo lugar con rapidez para evitar un funeral no deseado por Bowie, tal y como apunta The Guardian.

Lo que Bowie no podrá evitar son los conciertos tributo, como el que el próximo 31 de marzo se celebrará en el Carnegie Hall de Nueva York, con The Roots, The Mountain Goats, Cyndi Lauper, Perry Farrell, Jakob Dylan y Heart's and Wilson.

El director musical de la velada será el productor Tony Visconti, quien trabajó con David Bowie en multitud de trabajos, incluyendo el disco Blackstar que llegó a las tiendas el 8 de enero, coincidiendo con el 69 cumpleaños del artista, tan solo dos días antes de morir.

Antes, este mismo sábado, la sala Razzmatazz de Barcelona acogerá un homenaje multitudinario como Elefantes y Sidonie. Además, Bowie será honrado en la próxima edición de los Brit Awards en febrero.