La artista mexicana de origen británico Leonora Carrington falleció este miércoles a los 94 años, según se dió a conocer ayer, y este sábado será despedida con todos los honores como corresponde a una "leyenda del surrealismo" que era capaz de mirar "más allá de lo que se ve". Así la definió el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), al convocar el homenaje que tendrá lugar el día 28 en el Palacio Bellas Artes de la Ciudad de México.

Este sábado se celebrará "un sentido reconocimiento del pueblo, las instituciones y la comunidad cultural de México a la artista que creó la mayoría de su obra en este país y cuya generosidad fue siempre manifiesta al establecer profundos vínculos con la nación que la acogió", indicó Conaculta.

La pintora, escultora y escritora (1917-2011) que era considerada el último gran exponente vivo del surrealismo murió este miércoles en un hospital de la capital de México, el país donde vivió desde 1942, según informó hoy Conaculta.

Por expreso deseo de la familia de Carrington, quien se casó en México con el fotógrafo húngaro Emericz Chiki Weisz, con el que tuvo dos hijos, Gabriel y Pablo, sus restos, tras un breve velatorio en una funeraria, fueron enterrados hoy en el Panteón Inglés de la capital, en una ceremonia breve e íntima.

Previamente, en una breve declaración a la prensa, la nuera de la artista Marta Patricia Weisz dijo que Leonora pidió que no hubiese homenajes de cuerpo presente, ni fotografías durante su funeral.

El presidente Felipe Calderón, que se refirió a Carrington como una "extraordinaria artista del México contemporáneo", envió un sentido pésame "a su familia y a todos los mexicanos" por su pérdida.

La muerte de Carrington, que pasó sus últimos días feliz y sola en compañía de su mascota, supone "el fin" del movimiento surrealista, dijo a Efe su gran amigo el poeta Homero Aridjis.

"Con ella muere una madre, una abuela, una amiga, una leyenda y una época del arte que, sin sus sueños y sus emociones, es una llama extinta", aseguró.

El Nobel mexicano Octavio Paz dijo de ella que era "un personaje delirante, maravilloso", "un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sombrilla que se convierte en un pájaro que se convierte después en pescado y desaparece".

Carrington, nacida en 1917 en el Reino Unido, llegó a México en 1942 refugiándose del nazismo de la Segunda Guerra Mundial y del franquismo en España, donde estuvo un tiempo internada en un manicomio por decisión de su familia.

Conaculta, equivalente al ministerio de Cultura en México, recordó hoy que "fue amiga de leyendas del arte como André Bretón, Luis Buñuel, Fernand Léger, Piet Mondrian, Juan Soriano y Octavio Paz" y la describió como "una de las artistas más reconocidas en el mundo entero", capaz de crear "mundos míticos en donde los seres mágicos y los animales ocupan un lugar sobresaliente".

"Cobras que se funden con cabras, cuervos ciegos que se transforman en árboles y espíritus que habitan casas, son algunas imágenes que surgieron de una mente obsesionada por representar una realidad que trasciende a la que se ve y se vive cotidianamente", agregó Conaculta.

Fue muy cercana al grupo de los surrealistas por haber sido durante unos años pareja sentimental de Max Ernst (1891-1976) y desde entonces desarrolló un lenguaje propio de evidente referencia a las mitologías celtas que conoció a través de su nana y de su madre, de origen irlandés.

A ello se refiere la escritora Elena Poniatowska en su última novela, "Leonora" (Planeta, 2011), que gira en torno a la artista.

Poniatowska, que conoció a Carrington hace cincuenta años y la frecuentó en su casa en los últimos años, dijo a su muerte que había sido "una mujer muy encantadora, con muchísimo sentido del humor, muy bella y que pintaba maravillosamente bien".

"Desde niña tuvo una vocación totalmente definida por la pintura. Incluso se opuso a su padre con tal de poder pintar y ha dejado una obra maravillosa y muy considerable", agregó la escritora en declaraciones a una emisora local.

En declaraciones a Efe, el galerista José Kuri, de Kurimanzutto, alabó de Carrington el hecho de que "nunca perdió el momento creativo" y "siempre estuvo muy concentrada en su obra", lo que la hizo una gran artista.

También se refirió a su vida azarosa y la multitud de personajes famosos que coincidieron con ella: "cada vez es más difícil encontrarse con este tipo de historias de vida que una novela llena de personajes (...) Es la sensación que me da", apuntó.

Desde 1968 Leonora Carrington alternó su residencia entre México, Chicago y Nueva York, y presentó su obra tanto en exposiciones individuales como colectivas alrededor del mundo.

Algunas colecciones que albergan su trabajo están en The Edwards James Foundation, en Chichester (Inglaterra), en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, en el Museo de Arte Moderno (MAM) y el Nacional de Arte (MUNAL) de Ciudad de México, en el National Museum of Women in Arts de Washington.