El Pleno del Ayuntamiento de Valladolid aprobó ayer, con los 15 votos del PP, que tiene mayoría absoluta en el consistorio, una moción de este partido por la que se declara a Valladolid «Ciudad Taurina».

En contra de la moción votaron los 13 concejales del PSOE y el de IU, por entender que no es necesaria tal declaración, calificada por ellos de «oportunista» y «provocadora», cuando lo que se va a conseguir con ella es confundir a los ciudadanos.

Las dos formaciones de la oposición municipal argumentaron que con la moción se le impone a la ciudad una etiqueta que no le va a dar prestigio y que, por el contrario, puede provocar enfrentamientos territoriales.

La moción del PP señala que «entre las señas de identidad de nuestro país, los toros ocupan un lugar destacado» con repercusiones en la cultura, la economía y el turismo. «Son un hecho cultural que no se puede desvincular de nuestra historia y tradiciones, que en el caso de nuestra ciudad y provincia ofrecen, además, raíces singulares», añade el texto aprobado.

Estas singularidades de Valladolid son, según la moción, que la provincia conserva «la ganadería de reses bravas más antigua de España», la del Raso de Portillo; que el patrón de la ciudad y el de los toreros es el mismo, San Pedro Regalado; y que el Ayuntamiento concede el trofeo taurino más antiguo de España ininterrumpidamente desde 1952.

Por ello, la iniciativa destaca que «estas razones son las que nos hacen sentir especialmente concernidos en la polémica suscitada sobre la prohibición de las corridas de toros», en velada alusión al caso de Cataluña.

La moción se debatió y aprobó, además, en coincidencia con «la semana grande» de las ferias y fiestas de la ciudad del Pisuerga, que incluye un amplio programa de corridas de toros.

El portavoz del Grupo Popular, Jesús Enríquez justificó la moción al señalar que «estamos obligados desde Valladolid a defender la fiesta nacional» y la «libertad» de los españoles a su cultura más tradicional, y alertó de la «descomposición nacional» que a su juicio «están buscando algunos catalanes».

El portavoz del principal partido de la oposición, el PSOE, Óscar Puente, explicó que «está de sobra esta moción»; que este partido «está por la fiesta nacional» y que la cuestión no se ha centrado en «toros sí o toros no», sino en un «debate claramente oportunista» para «imponer» con la mayoría absoluta una etiqueta a la ciudad.

El representante de IU, Alfonso Sánchez, se refirió a las «pocas visitas» que recibe el Museo Taurino de Valladolid y a la cada vez menos asistencia del público a la plaza de toros, y concluyó afirmando: «No cuenten con nosotros para enfrentamientos territoriales».

Mientras se desarrollaba el debate, grupos de taurinos y de antitaurinos aplaudían las intervenciones, según sus diferentes apoyos, pero la llamada del alcalde a guardar silencio fue suficiente para que la calma regresase a la sesión del pleno. Entre el público asistente al debate estaban los diestros Manolo Sánchez y David Castro «Luguillano».

Por su parte, Ecologistas en Acción criticó que Valladolid tenga que «arrastrar» el título de Ciudad Taurina. La organización ecologista, en un comunicado recogido por Europa Press, recordó que está en contra de cualquier actividad que suponga maltrato animal, «ya sea por cuestión alimentaria o lúdica, legal o ilegal, de arraigo popular o sin arraigo».