Cuando Carlos Blázquez Collantes, estudiante de Historia del Arte, se adentró en el pequeño pasadizo entre dos bloques de granito, en seguida se dio cuenta de que estaba ante algo importante. "Esto solo lo ve quien lo busca" cuenta el joven salmantino mientras muestra el sorprendente hallazgo y pasa la mano por una pared de roca salpicada de cazoletas.

Ocurrió hace unos días en Almeida de Sayago, a unos cuatro minutos del pueblo, en el paraje conocido como "El Hervidero", un lugar sagrado para los hombres de la antigüedad, que debe su nombre a la existencia de un manantial de aguas mineromedicinales y donde se encuentra un singular conjunto de estructuras rupestres. Entre las rocas y fuera de la ruta marcada como "Espacios sagrados prehistóricos", Blázquez descubrió un gran bloque granítico fragmentado, en cuyas paredes interiores aparecen sorprendentes grabados prehistóricos, una manifestación más de la presencia humana hace miles de años.

"Es un gran hallazgo" expresa sin miramientos José Antonio Panero, hijo de Almeida, maestro, etnógrafo y la mayor autoridad en la historia de su pueblo. Autor de numerosos libros sobre Almeida y la comarca de Sayago -entre los que se encuentra "Santuarios rupestres y espacios sagrados prehistóricos en Sayago"-, Panero se confesaba ayer gratamente sorprendido por este descubrimiento que, por extraño que parezca, él desconocía. Panero ha documentado la ruta sobre espacios sagrados, conoce muy bien cada rincón de ese paraje cuya importancia histórica radica "en la consideración sagrada y purificante de la que los pobladores dejaron constancia con grabados rupestres en más de 20 peñas consideradas como expresión de divinidad".

A pesar de haber documentado cada una de las insculturas rupestres al aire libre que pueblan "El Hervidero" -cuyos manantiales atrajeron cultos y ritos de ablución-, Panero confiesa humildemente que no había reparado en el mayor grupo cazoletas del asentamiento descubiertas por Carlos Blázquez. "En toda la documentación que he podido consultar no viene reflejado este espacio" comenta el salmantino. "Es un lugar muy destacable, pues podría ser una representación estelar de cómo el hombre prehistórico concibió el firmamento y si bien es cierto que ya existe una ruta prehistórica en el lugar, me llamó la atención que no estuviera catalogado" expresa Blázquez.

Una omisión que va a ser subsanada con la mayor brevedad, como confirma el propio Juan Antonio Panero. "Vamos a incorporar este hallazgo a la ruta, por supuesto, porque es uno de los lugares más interesantes". Se sumará así al conjunto de valores "geológicos, arqueológicos, históricos y culturales, testimonios de la presencia del hombre muchos siglos antes de Cristo".

Tras una primera toma de contacto, en la tarde de ayer, el estudioso sayagués confesaba que era "la primera vez que veo estas cazoletas en vertical". Hasta se molestó en contarlas, alrededor de 65, casi todas "en la peña con granito más duro, con la cara mirando hacia el poniente, porque la que mira hacia el naciente es más blanda" explica Panero. "La mayoría se encuentran en perfecto estado, solo hay alguna más deteriorada". Según su teoría, el pasadizo de apenas medio metro -"que ha podido ser hasta una zona habitada"- se habría producido por la fragmentación de la roca "que se ha ido agrandando con el paso de los años; hay que tener en cuenta que el granito de esa zona tiene 280 millones de años".

El hallazgo se corresponde con en el periodo entre la Edad de Piedra y la Edad de los Metales; "estamos hablando del Calcolítico, hace 4.500 años". Panero asocia los grabados de cazoletas en la pared de la peña con un calendario lunar; "hasta el número, entre 65 y 67, coincide con lo que los arqueólogos llaman como mayas lunares".

El conjunto será próximamente una parada más en la ruta de espacios sagrados, cuya referencia más importante es el dolmen del Casal del Gato, perteneciente posiblemente a la Edad de Hierro, excavado por el agustino César Moral en 1935 y cuyo ajuar está conservado en el Museo Arqueológico Nacional.

Un monumento arqueológico que a juicio de José Antonio Panero, "necesita una restauración; el nuevo hallazgo en histórico puede ser un momento perfecto para que la Junta de Castilla y León actúe en esta zona, como ya se lo he pedido muchas veces" reivindica el estudioso. "Estamos hablando del único dolmen de Zamora de influencia salmantina".