Avanza el mes de octubre y los ofertorios sayagueses van llegando a su fin, los vecinos, con buena parte de los frutos ya en casa, agradecen a la virgen la bonanza de la cosecha a través de un sencillo ofertorio; esta sería una fácil definición del concepto de ofertorio.

Hasta hace unos 50 ó 60 años se celebraban dos ofertorios en la localidad de Gamones, uno el tercer domingo de septiembre a cargo de las dos mayordomos, siempre mozas solteras, nombradas por el cura el día de san Antonio (13 de junio). Ese día, después de la procesión a la ermita de santa Olaya, se hacía el relevo de mayordomas a la puerta de la iglesia entregándole el cirio las salientes a las entrantes. El ramo de ese ofertorio lo hacían las mayordomas con las limosnas que les hubieran dado los vecinos y luego lo rifaban.

El otro ofertorio correspondía con el segundo domingo de octubre, el ofertorio de la Concepción, y es el que actualmente continúa haciéndose. Este año, como novedad, se volvió a ofrecer el ramo, después de 5 ó 6 años sin hacerlo. Con la muerte de Ángeles Lorenzo, encargada en el pueblo de buena parte de la dinamización cultural, fue cayendo en el olvido elemento tan importante en los ofertorios sayagueses hasta que este año, merced al interés de Prudencia Garrote, otra persona incansable en cuanto a tradición y cultura se refiere, se ha recuperado el ramo, estructura realizada en su día por otro vecino del pueblo, Elías Pascual.

El ramo de Gamones es una estructura de madera semicircular con una serie de varas horizontales que refuerzan el arco exterior, todo ello se forra con una tela blanca sobre la que, el día del ofertorio por la mañana, se cosen los productos que la adornan; hace unos años el elemento principal eran las encomiendas, figuras redondas o en forma de corazón, que se hacían artesanalmente en Moral. Junto a ellas se colocaban todo tipo de productos estacionales: guindillas, pimientos, uvas, flores, etc. Este año Prudencia adornó el ramo con cuatro roscas elaboradas en Villardiegua, flores, guindillas, etc.

Otros elementos fundamentales en el ofertorio son los padrinos y madrinas, en Gamones el alcalde elige a los dos padrinos y las dos madrinas; este año tuvieron el honor de serlo Emilio Lorenzo, Manuel Pascual, María Matilde Martín y Josefa de Paula. Los cuatro donan las ochavas con el trigo, que posteriormente se venden y en todo momento unos y otras deben acompañar a la virgen, tanto en la procesión como en el momento del ofertorio de los vecinos.

Poco antes de las cinco de la tarde la comitiva sale de la casa donde se prepara el ramo y al son de la flauta y el tamboril de Gloria (Torregamones) padrinos y madrinas se dirigen a la iglesia junto a los vecinos que han designado para que lleven las ochavas al hombro hasta depositarlas a la entrada del templo, el ramo también lo lleva otro vecino nombrado por la ofrecida. Tras el rosario se hace una pequeña procesión alrededor de la iglesia y junto al hastial se baila el ramo al son del charro sayagués para posteriormente hacer la ofrenda, en dinero, ante la virgen, primero los hombres y a continuación las mujeres. Terminado el ofertorio se introduce la imagen y después de unos minutos de música y bailes tradicionales se rifan el ramo y los demás productos preparados para la ocasión.