El Puente de Pino del Oro ha sido incluido en un inventario virtual sobre la arquitectura del siglo XX que alberga un total de 5.600 edificios de toda España, 30 de Gibraltar y 1.500 del sur de Francia. El viaducto zamorano aparece en el listado provisional de obras arquitectónicas del siglo XX en Castilla y León como una «obra que hermana arquitectura e ingeniería», destacando a la vez su «respeto con el entorno».

Cuando al arquitecto Carlos García Vázquez, profesor de la Universidad de Sevilla, le propusieron hacerse cargo del proyecto de inventariar el patrimonio arquitectónico de España del siglo XX, para unirlo a los estudios similares de Gibraltar y el sur de Francia (ámbito territorial denominado Sudoe), la primera pregunta que se formuló fue si quedaba algo por decir acerca de este aspecto. Pronto se dio cuenta de que la iniciativa era necesaria para cubrir las «lagunas» existentes, tanto desde el punto de vista «territorial» como «estilístico». A esto se añadía la ventaja de la «distancia crítica» que ofrecían los años del siglo XXI ya transcurridos y que les permitiría «desmontar muchos prejuicios que se habían proyectado sobre el estudio de la arquitectura española del siglo XX». Entre ellos, hace referencia a «la arquitectura franquista oficial de los años 40 y 50» y también a la del turismo, habitualmente «asociada a la especulación».

Así, un grupo de profesionales, en su mayoría profesores universitarios, coordinados por García Vázquez, se pusieron manos a la obra en el año 2005 con la finalidad de «documentar, difundir y conservar dicha arquitectura» y ello mediante una «doble dirección: hacia el conocimiento dirigido a la concienciación de la población y las autoridades y hacia la intervención para asegurar la preservación de dicho patrimonio». Y es que, según denuncian, parece existir una «barrera» que divide «lo histórico desde 1900 hacia atrás», a lo que se une el hecho de que el fuerte «componente conceptual» de la arquitectura moderna «no despierta emociones» en los ciudadanos, como sí hacen estilos anteriores. Para lograr poner en el lugar merecido a los edificios construidos en el siglo XX, han creado una web que alberga una gran base de datos, a lo que seguirá, en una segunda fase, una publicación con cd-rom y una exposición.

Hasta la fecha únicamente se ha abordado la primera parte de este proyecto Interreg III B Sudoeste, avalado por las fundaciones Docomomo Ibérico y Mies van der Rohe (Barcelona), el Gobierno de Gibraltar y el centro de arquitectura Arc en rêve de Burdeos, promotores de la iniciativa, a la que se sumaron posteriormente la Fundación Caja de Arquitectos y la Orden de los Arquitectos de Portugal.

Fruto de este acuerdo, un equipo de profesores, diseminados por toda el territorio objeto de estudio, se puso manos a la obra para recopilar un extenso inventario virtual que, desde la página web archxx-sudoe.es, incluye más de 6.000 edificios representativos de la arquitectura del siglo XX de España, Gibraltar y las regiones del sur de Francia. De Castilla y León hay 318, con lo que se sitúa en la cuarta posición numérica de las comunidades autónomas del país, sólo superada por Cataluña (1.004), Andalucía (1.063) y Madrid (1.225).

Se han delimitado aquellas obras «que indudablemente deben estar» en la muestra, señala Fernando Agrasar, que en Castilla y León son nueve: dos de León, cuatro de Salamanca, dos de Valladolid y uno de Zamora. El coordinador de la zona Norte-Cantábrico explica, uno por uno, los motivos por los que estas obras han sido incluidas en el listado provisional para la futura exposición. Así, por ejemplo, subraya la «gran cantidad de buenos ejemplos de arquitectura moderna religiosa» sitos en Castilla y León, entre los que nombra la Virgen del Camino de León, de fray Coello de Portugal, infraestructura que «es un ejemplo de modernidad y señala un momento en el que la Iglesia católica apostaba por la contemporaneidad, por el avance y por una arquitectura radicalmente moderna».

De Valladolid localiza Fernando Agrasar uno de los «descubrimientos» que, a su juicio, ha supuesto para este inventario el Colegio de la Sagrada Familia (1962). «La primera vez que lo vi no podía cerrar la boca», admite, «parece como si en lugar de a las afueras de Valladolid estuviera en las afueras de Copenhague», puesto que hace gala de una «modernidad nórdica arriesgada».

De Salamanca se han seleccionado tres edificios, representativos de estilos y épocas muy distintas; la «belleza modernista» de la Casa Lis, del que Agrasar destaca su «uso actual y grado de conservación ideales»; el complejo del Hospital de Los Montalvos, un «enorme edificio moderno valiosísimo»; y el Palacio de Congresos, obra «muy arriesgada» de Navarro Baldeweg, que es «uno de esos ejemplos que demuestran que la arquitectura contemporánea se puede insertar en la historia sin renunciar a su propia contemporaneidad».