Fuentesauco.- «Unidad de todos» para trabajar conjuntamente por la provincia, «igualdad» de trato para corregir los desequilibrios territoriales y una «auténtica política de Estado» que prime el mantenimiento del medio rural. Tales fueron los tres ejes propuestos por el presidente de la Diputación en el discurso conmemorativo del Día de la Provincia celebrado este año en Fuentesaúco, el quinto municipio con más población y el segundo con mayor número de inmigrantes, un ocho por ciento de los 1.918 habitantes que pueblan la cabecera de comarca de La Guareña.

Con el permanente recuerdo del alcalde, Jaime Vega, que se recupera en un hospital de Salamanca del accidente sufrido el pasado miércoles, el presidente de la Diputación anunció en el multicultural Fuentesaúco la creación de un Consejo Provincial de Inmigración que instrumentalizará la relación de las corporaciones locales con las administraciones competentes y los colectivos sociales para encontrar «soluciones» a situaciones de ilegalidad o falta de integración de la población inmigrante. «Debemos entender la inmigración como un fenómeno positivo». Contrastaban, sin embargo, las reiteradas alusiones a esa «cuna de la diversidad» con la ausencia del colectivo en alguno de los actos programados.

El central y más puramente institucional tuvo por escenario la Iglesia de San Juan Bautista y por anfitriona a una emocionada y algo nerviosa Victoria Carmen del Rey, alcaldesa en funciones ante la ausencia de Jaime Vega, a quien Martínez Maíllo recompensó su azoramiento con unas cálidas palabras, consciente de los «malos momentos pasados». Victoria del Rey hizo suyo el discurso tan cuidadamente elaborado por Jaime Vega e introducido con una detallada radiografía

de Fuentesaúco. Abogó por «fomentar la unidad entre todos los zamoranos» sin obviar el anhelo de que los habitantes del medio rural «tengan la misma calidad de vida que los de los grandes núcleos». En el apartado social, la alcaldesa en funciones apuntó la lucha contra la despoblación como el «principal desafío» y recordó que en los pueblos «aún quedan bastantes necesidades por cubrir».

Como día de reconocimiento a la labor que desempeñan alcaldes y concejales, éstos conformaban el grueso de los presentes en Fuentesaúco aunque, ni mucho menos, estaban todos los que son. En la Iglesia de San Juan Bautista proporcionalmente ganaba por goleada la representación de diputados provinciales, procuradores, senadores o diputados nacionales, del PP y el PSOE, a la de los más anónimos miembros de las corporaciones locales. En nombre del Gobierno regional asistía la consejera zamorana de Administración Autonómica, Isabel Alonso, quien transmitió la «apuesta de la Junta por el medio rural», traducida en una «dotación exclusiva» de 2.000 millones de euros en los presupuestos.

En la línea de sus compañeros de alocución, la consejera lanzó un mensaje de optimismo porque «Zamora tiene razones sobradas para confiar en el futuro», con un crecimiento económico «por encima de la media regional» y un saldo migratorio «positivo».

El discurso principal corrió a cargo del alcalde de alcaldes. En un guiño hacia los regidores del medio rural, Martínez Maíllo ejemplarizó en el convaleciente Jaime Vega el modelo de un "alcalde de pueblo" que «ni tiene coche oficial ni vive de la política», ejerciendo un trabajo «desinteresado, altruista y comprometido». También hubo cabida en su discurso para los compromisos de su equipo de gobierno: mejora de «otros» 500 kilómetros de la red provincial de carreteras, más de cinco mil obras de infraestructuras básicas en los pueblos, 200.000 nuevos metros cuadrados de suelo industrial o duplicar el número de guarderías y comedores sociales.

El presidente de la Diputación consideró «imprescindible» la corrección de desequilibrios territoriales sin obviar el «drástico» recorte de fondos europeos en los últimos cuatro años. E invitó a desterrar el «eterno, cansino y siempre inacabado debate territorial» en favor de una «política de Estado que prime fiscal, económica, social y culturalmente, la conservación y el mantenimiento del medio rural».

Arropado por sus compañeros del PP y con una nutrida representación de los socialistas, además de Adeiza y el único alcalde de IU en la provincia -Leónides Riesco, de El Pego-, Martínez Maíllo animó a trabajar «conjuntamente por una provincia más próspera y más desarrollada».

Muy cerquita de él, en un lugar preferente como marca el protocolo, seguía sus palabras Rosa Mª Muñoz, portavoz del Grupo Socialista en la Diputación, quien calificó de «correcto» un acto institucional en el que apreció «mucha menos gente que otros años». La diputada socialista criticó la «desorganización» en las invitaciones, que algunos alcaldes y procuradores han recibido «el jueves y el viernes». Con la sombra de la polémica surgida el año pasado debido al «elevado coste del menú», Rosa Mª Muñoz advirtió que pedirá «todas las cuentas» del Día de la Provincia y anunció un seguimiento de las promesas anunciadas por Martínez Maíllo en cuanto a carreteras y servicios sociales.

La parte lúdica y popular corrió a cargo de las escuelas de folclore que animaron el recorrido de autoridades y vecinos por las calles saucanas, realzado por un día espléndido. La Asociación de Mujeres Saucanas y hosteleros del municipio demostraron también ser unos buenos anfitriones. La apretada agenda de la mañana se cerró con una degustación de cocido autóctono, preparado para seiscientas personas. No podía faltar en la capital del garbanzo, como tampoco los espárragos. Y por la tarde, tratándose de una comarca de gran querencia taurina, la fiesta se cerraba con un festejo que resultó accidentado por el pequeño revolcón recibido por Pedro Imaz, uno de los cortadores, suficiente para frustrar hoy su participación en la final de Valencia. Otro aficionado recibió un golpe en la zona de los callejones. Pequeños sustos en un día del todo balsámico.