La restauración del retablo lateral de la Virgen del Rosario en la iglesia parroquial de Santa Marina, en la localidad de Rihonor de Castilla, no ha pasado desapercibida para los vecinos.

Los cambios sustanciales en la pieza ornamental no han sido bien recibidos por desvirtuar las dimensiones -anchura y profundidad- y la estética de la pieza, al eliminar elementos en unos casos originarios y en otros añadidos. El valor afectivo de este altar pesa sobre el valor económico y artístico.

En la intervención se ha mantenido la tipología de la calle central del retablo pero se ha retirado lo que parecía un arco añadido, a modo de tejadillo, que sobresalía sobre el hueco central donde está colocada la imagen de la Virgen.

La profundidad de la hornacina sin ese añadido se ha estrechado hasta el punto de que la imagen sobresale sin garantizar la estabilidad de la talla, como señalan las vecinas. El tejadillo que ocultaba el arco del retablo cumplía otra función, la de proteger a la imagen de la suciedad ambiental.

Las molduras a los lados de la calle se mantienen pero se ha cambiado la disposición de los adornos vegetales, de la cornisa en la parte alta, a la parte baja. En el remate superior, donde faltaba uno de los pináculos decorativos, se han sustituido por motivos vegetales. La intervención más notoria ha sido la retirada de los guardapolvos laterales del retablo, que cubrían toda la pared donde estaba instalado, y sustituidos por dos llamativas molduras laterales que disimulan la disminución del volumen del conjunto.

La policromía resulta ahora bastante llamativa, de unos colores apagados y menos intensos, se ha pasado a una gama de rojos y dorados brillantes.

Los pocos vecinos que residen en el pueblo por estas fechas y que asistieron a la reposición de la pieza ornamental echan en falta la estética del retablo antiguo.