El Parque Natural Arribes del Duero es un santuario de aves rapaces como el águila real, la perdicera y el halcón peregrino, de carroñeras y necrófagas como el buitre y el alimoche, y de especies reservadas como la cigüeña negra; además del escenario elegido por una diversidad de aves de menor tamaño que también dignifican el patrimonio ornitológico de la zona.

"El seguimiento de las especies protegidas, así como las acciones de medidas necesarias para garantizar sus poblaciones y hábitats" forma parte de los programas de conservación promovidos en el Parque Natural de Arribes del Duero. El pasado año el dinero invertido en este seguimiento, conservación y financiación ascendió a 130.378 euros.

Es una labor realizada por agentes y técnicos medioambientales que cuenta con "el apoyo puntual de asistencias técnicas externas en algunos temas, como es la aplicación de medidas de conservación para el águila perdicera", una especie que cuenta con 14 parejas en el espacio protegido, según recoge la memoria elaborada sobre el Parque Natural de Arribes, presentada este año en Villar del Buey.

Al ser un parque de ámbito internacional, anualmente el personal de Zamora, Salamanca y Portugal mantiene una reunión "para coordinar el seguimiento" de especies que nidifican en el cañón del Duero o del Tormes como son el águila perdicera, el águila real, buitre común, buitre negro, cigüeña negra, alimoche y halcón peregrino.

Los resultados de los censos revelan la existencia de 15 parejas de cigüeña negra, 1 de buitre negro, 119 de alimoche, 28 de águila real y 14 de águila perdicera, poniéndose de relieve que los incendios originados en la primera quincena de julio provocaron la muerte del único pollo de buitre negro nacido en el Parque Natural al pillar a la criatura todavía en el nido. Para mayor desgracia, también se apunta que los incendios que se cebaron con Portugal "tuvieron unas consecuencias terribles". Por lo que respecta al milano real ( Milvus milvus) el censo da fe ce la existencia de 147 parejas reproductoras, que marca un ascenso respecto al año 2014, que contabilizó 107 parejas.

Se hace especial hincapié en el águila perdicera indicando que "las labores de seguimiento de la población reproductora en Arribes del Duero comenzaron en 1993 y se han mantenido de manera continuada hasta la actualidad, apoyado también con distintas propuestas para el desarrollo de muchas acciones de estudio, seguimiento y conservación contempladas en el Plan de Conservación del Águila Perdicera en Castilla y León, aprobado en 2006".

Medio Ambiente resalta que "el Parque Natural Duero-Douro y zona aledañas (ZEPAS cañones del Duero, Esla, Tormes, Uces, Huebra y Águeda) mantienen actualmente el principal núcleo reproductor de perdicera en Castilla y León". Tras un paulatino descenso desde los años de 1970 (30 parejas), la tendencia negativa se mantuvo hasta los años 2008 y 2009, cuando alcanzó el mínimo histórico con 11 parejas, pasándose a una situación "de mantenimiento e incluso de recuperación en algunos territorios".

Como principal amenaza se indica "la falta de recursos tróficos, por la reducción de especies presas como el conejo y la perdiz, y la mortalidad no natural (debido a la electrocución, choque con tendidos, muerte por disparo y veneno".

El buitre leonado "no se censa de forma completa, ya que la especie goza de un estado favorable en el espacio natural".

Los trabajos de seguimiento y conservación de la especie se enmarcan, a partir de 2017, entre otros, en el Proyecto Life Rupis, y entre los cometidos está aportar recursos tráficos a nueve parejas (de las 14) con el objetivo de aumentar la productividad y facilitar el mantenimiento de parejas con mayores problemas de conservación. Se han aportado conejos "tanto de granja como silvestres, y paloma, y para determinar el uso preciso que hacen de los aportes se han utilizado de manera regular cámaras de fototrampeo".

Prosiguió, además, el marcaje de pollos nacidos en la población de Zamora y Salamanca (tres de un total de seis) con el objetivo de "estimar a lo largo del tiempo la supervivencia preadulta".

La Dirección del Parque de Arribes informa en su documento que "en la temporada 2017 ha habido un total de 18 territorios ocupados, lo que supone la cifra más alta desde el año 2006. De ellos 14 están en el Parque Natural, nueve en la provincia de Salamanca y seis en Zamora. Apunta que la recuperación de varios territorios históricos en los últimos años, Torregamones-Miranda (2010), Pereruela-Almaraz (2012) y Saucelle-Freixo (2013) han supuesto un cambio de tendencia. En 2017 se han confirmado la recuperación del territorio de Carbajales de Alba y, en Salamanca, San Felices-Puerto Seguro".

En todos los territorios ocupados, añade, "se han observado indicios de reproducción (vuelos de celo, cópulas, arreglo de nidos?). La puesta se ha confirmado en ocho territorios, que supone la cifra más baja de la última década junto con el año 2012. Únicamente cinco parejas han tenido pollos por lo que el éxito reproductor ha sido del 29%, el valor más bajo de la década, y la productividad del 0,4 pollos por pareja, uno de los menores junto con las temporadas 2012 y 2013".

Medio Ambiente señala que "es probable que las condiciones meteorológicas, fundamentalmente la baja precipitación, hayan podido condicionar el resultado de la producción en 2017 al igual que ocurrió con el águila real en las mismas áreas". Sin embargo, resalta "la baja productividad de la última década, 0,7 pollos por pareja y año, como la confirmación de una de las más bajas de Europa. Así como que "la tasa de vuelo de los pollos criados en 2017 fueron de 1,2".

Para Medio Ambiente "el marcaje e individualización de los pollos es fundamental para estimar la supervivencia preadulta y para obtener información de la dependencia de la población de Arribes respecto a las poblaciones vecinas y los patrones de dispersión natal de los pollos". Se pone de manifiesto que "desde 2011 se realiza un proyecto de marcaje de pollos en Castilla y León que pretende abarcar el máximo número de pollos cada temporada de cría. Desde el año 2011 se han marcado 40 pollos con anillas de lectura a distancia, todos ellos en Arribes del Duero y Cañones del Duero". El acceso a los nidos se efectuó cuando las crías "contaban entre 35 y 40 días de edad, determinada según la fecha de eclosión y, cuando ésta no se conocía, mediante el estado de desarrollo de los pollos lo que requirió un monitoreo intensivo del nido durante el periodo de puesta y crecimiento". Debido a la ubicación de los nidos, para el marcaje se contó con la colaboración de escaladores especializados en la captura de rapaces, dos biólogos y una veterinaria (manipulación y anillamiento).

En la información sobre el marcaje se subraya que "cada pollo fue marcado mediante dos anillas que permitirán la identificación en el futuro (una en cada pata, a la altura del tarso-metatarso). Una anilla metálica convencional, y otra de lectura a distancia, colocada con remaches para evitar que el pollo pueda desprenderse de ella".

Medio Ambiente explica que una vez procesados, los pollos fueron devueltos al nido para abandonar la zona lo antes posible. Al cabo de unas horas, o al día siguiente, se volvió a cada territorio para comprobar, a distancia y mediante el uso de un telescopio terrestre, el estado de las crías.

Proyecto Rupis

Aún se regresa a algunos nidos, tras alzar el vuelo los pollos, "para completar la recogida de restos de presas y egagrópilas".

La Junta recoge en su memoria que "del seguimiento de los ejemplares anillados, hasta 2017 se ha obtenido información de cinco ejemplares. En abril de 2017 dos agentes medioambientales, Jorge de Dios y Francisco Manías, comprobaron mediante fototrampeo que la hembra del territorio de Carbajales de Alba, en Zamora fue marcado en el territorio salmantino de Bermellar-Barruecopardo en 2014.

En su panarámico puesto de la presa de Almendra se mantiene el halcón peregrino, dando cuenta de paloma y otras aves que le sirven de alimento y a las que captura aprovechando su velocidad de vuelo y pericia.

La Junta también hace una referencia a que desde julio de 2015 se trabaja de forma conjunta España-Portugal en un proyecto Life-Naturaleza, denominado Life Rupis "Conservación de aves rapaces en el valle del río Duero" que es cofinanciado por la Unión Europea a través de fondos Life. Este proyecto, dotado con más de 3,4 millones de euros, "discurre en territorio potugués y español, en las áreas protegidas del Duero internacional y valle del río Águeda y de Arribes del Duero". Con su desarrollo "se pretende implementar acciones que refuercen las poblaciones de alimoche y águila perdicera a través de la reducción de su mortalidad y el aumento del éxito reproductor".