"Vivir en los pueblos, vivir lo rural". El lema del Día del Mundo Rural, que ayer se celebró en Bermillo de Sayago, quiso ser la reivindicación de una vida en los pueblos "que es posible". Y así lo demostraron ayer personas con sus "experiencias positivas", habitantes rurales, emprendedores que con su pequeño negocio y mucho esfuerzo salen adelante y demuestran que vivir en el mundo rural "es algo más que tener una casa en el pueblo".

Ángeles Santos, con la quesería en Fariza; Teresa Cotorruelo, con su mermeladería artesana en Fornillos de Fermoselle; Manuel Faúndez, industrial de setas silvestres en Rabanales; Nazario Marino, apicultor de Gamones, y desde la cooperativa de vinos de Villanueva de Campeán, se presentaron como ejemplos de un modelo de emprendimiento en el mundo rural. En las distintas estaciones habilitadas en la iglesia de Bermillo, la Casa del Cura, la antigua cárcel y el edificio del Ministerio de Trabajo, los emprendedores explicaron su "aventura", con sus dificultades y desafíos.

Teo Nieto, portavoz del Equipo de Pastoral Rural Misionera que organiza la jornada en colaboración con el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos y el Movimiento Rural Cristiano, destacó valores del mundo rural como "la comunidad y la cercanía". El sacerdote y vecino de San Juan del Rebollar, que tiene a su cargo más de una decena de parroquias alistanas, trasladó el ejemplo de la cooperativa textil "La Rueca Uno" de Alcañices como un modelo de emprendimiento en el mundo rural.

Impulsada en los años 90 con el apoyo de Cáritas y sacerdotes de la zona, actualmente trabajan ocho mujeres y un hombre, dedicados a la confección textil, favoreciendo la actividad en la zona y el asentamiento de población. Una pequeña exposición sobre la trayectoria de la cooperativa permitió a los asistentes al acto de Bermillo conocer una experiencia modélica de trabajo y actividad económica.

Durante el acto se procedió a la lectura del manifiesto del Día del Mundo Rural donde, sin pasar por alto el "drama de la despoblación", se pone el foco en personas "que viven en el pueblo, que sienten y gozan lo rural" y de los valores "que provienen de la naturaleza, de las relaciones sociales y de la espiritualidad sencilla pero profunda".

El manifiesto invita a mirar al futuro "sin ingenuidad, pero con ilusión y esperanza" porque "sabemos que podemos aportar un estilo de vida diferente al que se ofrece en la ciudades". Los vecinos de los pueblos exigen un reconocimiento "a nuestra aportación a una vida sana, a una alimentación equilibrada y a unas relaciones humanizadas". Y piden también una "discriminación positiva hacia el mundo rural, valorando nuestras aportaciones y teniendo en cuenta que la despoblación de nuestros pueblos supone un serio problema social, económico y medioambiental de nuestra tierra".

Autobuses llenos de participantes llegados de las comarcas del Vino, La Guareña, Carbajales de Alba y Aliste, además de otras muchas personas que acudieron en coches particulares también desde distintos pueblos de Sayago, se sumaron al acto de Bermillo, transformado por un día en la capital del mundo rural y sus gentes, orgullosas de su pasado, defensoras de su presente y luchadoras por un futuro en sus pueblos. Habitantes que reclaman atención de las administraciones para que no se centren en privatizar y concentrar los servicios en los grandes núcleos.

La jornada concluyó con una merienda de hermandad.