La nieve y las bajas temperaturas trastocaron este fin de semana la apertura de la veda de pesca en los ríos trucheros de la comarca. El sábado la suerte fue desigual para los expertos que se acercaron a las orillas, mientras unos cubrieron el cupo sobradamente otros se quedaron sin capturas. Entre los más afortunados un vecino de Puebla que por experiencia más que por suerte logró el sábado dos de los mejores ejemplares de 1,8 kilos y 1 kilo respectivamente. Capturas obtenidas en el tramo aguas abajo de Puebla, en el río Tera.

A las condiciones climáticas por nevadas y descenso de temperaturas, que repercuten en la temperatura del agua y en consecuencia una menor actividad de las "pintonas", hay que sumar la seca y los arrastres del pasado mes de agosto, además de las condiciones de turbidez del río Castro, principal afluente al Tera.

Para el presidente de la asociación de Pesca de Sanabria y Carballeda, Manuel Mateos Pedrero, el primer fin de semana ha sido en general negativo.

Las crecidas de este mes de marzo han servido para limpiar el fondo del Tera, algo impensable para los propios pescadores después de ver el sufrimiento del río por la prolongada falta de agua y por el material orgánico, cenizas, arrastrado en el mes de agosto por el río Trefacio. Para los conocedores del cauce "la seca y los arrastres han sido desfavorables para la trucha". El tramo de pesca sin muerte de Puebla era un lugar privilegiado de truchas y ayer las picadas fueron contadas.

El agua circulaba por la chopera con una claridad espectacular como señalaban los pescadores en las proximidades del puente de San Francisco, sobre las doce del mediodía, una buena hora para tentar la suerte.

El sábado fue un día desapacible con nevadas nocturnas y en las primeras horas, además de algo de viento, que impidieron tratar de tú a tú a las pintonas. Ayer las condiciones mejoraron con claros, un ligero aumento de la temperatura y vientos menos intensos.

Aguas abajo de la presa de Tinico, los pescadores señalaban la necesidad de recuperar una pequeña presa que llevaba las aguas hasta los prados de Tinico, un complejo hidráulico tradicional donde se forma un pozo donde se refugiaban las truchas durante el desove. Pero sin duda alguna, el principal competidor es el cormorán que lejos de emigrar mantiene sus preferencias alimentarias en las zonas de presas.