Tras las concentraciones en Faramontanos y Pozuelo de Tábara, los movimientos vecinales contra los proyectos de instalación de macrogranjas porcinas en la provincia expresaron ayer su rechazo en Cerecinos de Campos, donde está previsto el asentamiento de una granja de 3.400 cerdas y 77.000 lechones al año, promovida por Innovaporc. Aunque paralizada la obra en este momento, a la espera de que se resuelvan las licencias con las que no contaba cuando comenzó la construcción, el colectivo vecinal ha podido "constatar" que la intención, tanto del Ayuntamiento de Cerecinos como de la empresa es continuar con la explotación porcina.

Una postura que se encuentra con la oposición del colectivo vecinal, ayer concentrado frente al Ayuntamiento de Cerecinos de Campos, donde se reunieron más de doscientas personas , tanto del pueblo como de municipios del entorno, la zona de Los Valles, Benavente o la comarca de Tábara, donde se proyectan dos macrogranjas porcinas (en Pozuelo y Faramontanos), además de la "treintena de proyectos" que según las plataformas se están tramitando en la provincia.

"Las macrogranjas minan nuestro futuro" proclamaba Pedro Luis Anta, portavoz del colectivo de Cerecinos, porque "ni van a fijar población ni a crear empleo. Lo único que van a hacer es destruir el medio ambiente por la cantidad de purín que generan y poner en peligro la hostelería y el futuro del turismo rural en una zona abierta a este sector".

Anta reclamó a los representantes públicos "que empiecen a hacer políticas de verdad, pensando en el mundo rural, y no solo de calculadora". Y sobre el proyecto de Cerecinos denunció el "oscurantismo" del Ayuntamiento porque "nadie nos ha consultado si queremos una actividad altamente contaminante".

El movimiento cuestionó la actitud de la empresa, "entrando en casa ajena y empezando a construir naves sin permisos ni licencias, pasando por encima de las leyes como un vulgar ladrón al que, gracias al Ayuntamiento, le ha salido gratis delinquir".

A la manifestación se sumaron también vecinos de Villalpando, como Pilar Casado, representante de la plataforma "Protegiendo nuestros pueblos" creada contra las grandes instalaciones porcinas. "Zamora tiene problemas de agua, en Villalpando está envenenada y también en Villamayor, Tapioles, Cañizo o Castronuevo de los Arcos. Apostamos por los pueblos, pero si con estas macrogranjas nos envenenan todavía más las tierras y el medio ambiente, al final nos tenemos que ir". La villalpandina rechaza estos modelos de explotación porque son "una agresión a las personas que vivimos en los pueblos; la agresión de unos políticos que solo gobiernan para la élite, para las empresas fuertes, no para nuestros ganaderos".

La plataforma "Protegiendo nuestros pueblos", apoyada por industriales y hosteleros de Villalpando, pedirá una reunión con el Ayuntamiento y la Mancomunidad Tierra de Campos para que defiendan el sentir de los vecinos en contra de las macrogranjas.

Un sentir que se expresaba muy claramente en las pancartas desplegadas en la plaza de Cerecinos. "Progreso sí, mierda no", "Sin purín se vive mejor" o "Dejar a los cerdos en Cataluña, aquí ya tenemos suficientes chorizos" eran algunos de los lemas elegidos por los manifestantes llegados desde diferentes puntos, como la comarca de Tábara, donde late un movimiento que ha conseguido trasladar el debate de estas macroexplotaciones hasta el Parlamento Europeo de la mano de Equo, el partido verde. "Todos los parlamentarios europeos españoles tienen noticia de lo que está pasando en Zamora, y Equo y Podemos son los únicos que nos han escuchado" expresaba José Regueras, natural de Santa Eulalia de Tábara y residente en Bruselas.

La presencia política en la concentración de ayer en Cerecinos se limitaba representantes de Zamora Decide (como los alcaldes de Micereces de Tera y Morales de Rey) o los regidores socialistas de Castroverde de Campos y Tapioles. Acudían también miembros de Ecologistas en Acción, que intentan organizarse para implantar una delegación en Zamora, una de las pocas provincias del país donde no existe.

"Los problemas de las macrogranjas no son por desgracia los únicos que sufre nuestra provincia. Queremos participar activamente en todos ellos con nuestro compromiso y nuestras propuestas" expresaba Ángel Encinas. "La Junta de Castilla y León pone alfombras para que se asienten estas industrias que afectan al aire, a la tierra y, lo que es más grave, a las aguas freáticas".