José Roales Martín, agricultor cerealista de Villamayor de Campos, renovó ayer su cargo como presidente de la Cámara Agraria Provincial; una entidad que, desprovista de subvenciones públicas y prácticamente vacía de contenido, limita sus funciones al asesoramiento de pastos y rastrojeras para las juntas agropecuarias locales.

Perdido el dinamismo que llegaron a tener las cámaras agrarias, Roales admite que será un mandato marcado por la "incertidumbre", aunque "haremos todo lo posible por defender nuestro patrimonio, porque es de los agricultores y no de la Junta de Castilla y León" quiso dejar sentado tras la constitución de la Cámara Agraria, con 18 representantes de la Alianza UPA-COAG y 7 de Asaja.

No menos contundente se mostró el máximo representante de Asaja, Antonio Medina, quien consideró la entidad "como quien dice, desaparecida". Incluso reveló una conversación con la consejera de Agricultura, Milagros Marcos, durante la última visita a la provincia interesándose por el futuro de la Cámara Agraria. "No vamos a permitir que al final se quede la Junta con ella porque tanto el dinero como el patrimonio es de los agricultores, eso tiene que quedar muy claro. Tendremos que estudiar opciones de viabilidad, pero si se toma que sepan que lo que han generado los agricultores es para los agricultores".

Planteamientos que se realizaban durante la constitución oficial de la Cámara Agraria con la representación sindical salida de las elecciones del pasado mes de febrero. Un acto presidido por el delegado territorial, Alberto Castro, quien destacó el papel de la entidad "como órgano consultor y de asesoramiento". No precisó mucho más sobre el futuro de la Cámara Agraria de Zamora, una de las seis que sobreviven en Castilla y León tras la desaparición de las de Salamanca, Segovia y Palencia. ¿Hay posibilidad de recuperar el dinamismo que llegaron a tener? se preguntó al delegado. "No lo sé. Desde la Consejería en estos momentos no va a cambiar la financiación (es decir se mantendrá a cero); es verdad que hemos pasado épocas muy complicadas pero el apoyo estricto que damos es con dos funcionarios". Pese a todo apostilló que "la Cámara es un órgano vivo y no podemos dejar que desaparezca".

Lorenzo Rivera, representante de la Alianza UPA-COAG y presidente de COAG Zamora, incidió en las cuentas "saneadas" de la entidad, con un remanente financiero de unos 70.000 euros. "Con el asesoramiento a pastos y rastrojeras para todas las juntas agropecuarias locales entra un porcentaje de dinero suficiente como para mantener la oficina "sine die"; otra cosa es que la Junta decida que esto se tiene que acabar, que en todo caso lo tenía que haber hecho de manera ordenada y no con el estrangulamiento económico a la que las ha sometido y que obligó a despedir al personal".

Los 25 miembros tendrán el desafío de garantizar la viabilidad. Repite la mayoría de sus miembros; otros, históricos, se van como el líder de UPA, Aurelio González.