El invierno no ha terminado en Sanabria que ayer volvía a despertar bajo una nevada no demasiado copiosa, pero sí lo suficiente como para teñir de blanco los pueblos de las cotas altas y medias y entretener así a los turistas y a los sanabreses de la diáspora que ya han llegado a la comarca para pasar las vacaciones de Semana Santa.

La nieve y el hielo no impidieron que se pudiera circular con normalidad durante todo el día tanto por la autovía A-52 y la N-525 como por casi toda la red secundaria, y la única carretera cerrada al tráfico era la ZA-103, que sube a la Laguna de Peces. Al otro lado de La Canda, en A Vilavella (Orense) la circulación sí estaba condicionada por el temporal, y en la parte zamorana los efectivos de los planes de vialidad invernal de las distintas Administraciones públicas tuvieron que trabajar durante toda la jornada para evitar las complicaciones.

En el caso de la Diputación de Zamora se esparcieron más de 5.100 kilogramos de sal por las carreteras de la red provincial en Sanabria, y sus máquinas pasaron por las carreteras de El Puente, Trefacio, San Ciprián, Coso, Rábano, Murias, Cerdilo, sumado al circuito Sotillo, Santa Colomba, y la red que que une Valdespino, Remesal, Barrio de Lagarejos, San Juan de la Cuesta, Cervantes, Otero de Sanabria y Sampil. Otro equipo despejó las vías de Lubián, Hermisende, La Tejera, Frontera con Portugal, Castromil, Chano, Hedradas, Terroso y San Martín del Terroso, y un tercero centró sus trabajos Ungilde, Robledo y Santa Cruz de Abranes por un lado, y por otro en la carretera transcurre desde El Puente a Doney de la Requejada y Palacios de Sanabria, pasando por Rosinos, así como el ramal de Carbajalinos, Monterrubio, Villarejo de la Sierra y Gusándanos.

En muchas zonas era más molesto el viento que la nieve, no en vano toda la Comunidad estaba en alerta desde la tarde del viernes, en plena operación salida, que en el caso de las vías de Sanabria se ha saldado sin accidentes.