Tal y como establecen las condiciones, el contrato deberá cumplir la realización de tres espantes por festejo y día, así como la posterior subida de todas las reses. Con ello se pretende hacer valer la esencia de un festejo tradicional y singular de Fuentesaúco que debe su nombre de "espante" a la conducción de los toros y cabestros por parte de los caballistas hacia el extremo contrario del Prado de la Reguera donde esperan los espantadores. Cuando la manada está cerca de la línea de espantadores, "los caballistas apretarán la marcha, llevando a la manada frente a los participantes de a pie, quienes esperando la llegada de las reses, saldrán a espantarlas, cuando éstas se encuentren a unos metros de distancia". Culminados los espantes tiene lugar la llamada "subida", que consiste en conducir a la manada completa de toros y bueyes desde la pradera hasta los corrales, con la participación tanto de los caballistas, que dirigen a la manada hacia las calles del pueblo, como los corredores, que llevarán a la carrera a las reses hasta el lugar de destino.

Así lo establece la Ordenanza Municipal Reguladora de los Espantes de Fuentesaúco, donde se especifica el desarrollo del festejo tal y como se exige a las empresas que concurran a la contratación de los servicios de encerrador. A esta ordenanza aprobada en el año 2006 es a la que apelan los amantes de la fiesta para garantizar la pureza y la esencia de un festejo que, a juicio de los expertos, ha ido en decadencia. El Ayuntamiento pretende este año dar un impulso a las fiestas de La Visitación garantizando unos espantes al estilo más tradicional.