Los ríos, regatos y arroyos de la comarca de Aliste vivieron en la tarde y noche del pasado miércoles al jueves el nivel más alto de agua en sus cauces de los últimos dos años.

Esta abundancia de precipitaciones ha dado lugar a las primeras inundaciones, en alerta, pero sin causar daños, desde el día 16 de abril de 2016 en que se vivía las últimas grandes avenidas.

Efectivos de la Guardia Civil se mantuvieron en alerta visitando y comprobando el nivel de los cauces de los ríos para mantener informada puntualmente a la Subdelegación del Gobierno de la evolución.

La preocupación llegó cuando los vecinos vieron que los ríos crecían y el agua era barrosa, señal de que si arrastraba tierra era porque estaba lloviendo una barbaridad. Cayeron 39 litros en Alcañices y aún mas hacia Mahide, Las Figueruela y San Pedro.

"Ha llovido mucho y ello sumado a la gran nevada ha propiciado que los acuíferos se hayan recuperado, montes, praderas y tierras de labor están ya encharcadas, no tragan ya ni una gota más, por lo cual a partir de ahora agua que caiga agua que va a los ríos y debemos estar alerta y tomar precauciones ante posibles inundaciones". Así lo manifestaba Fernando González Rodríguez, alcalde del Ayuntamiento de San Vicente de la Cabeza, cuyos cuatro pueblos ven cruzados sus cascos urbanos por ríos: Bercianos, Palazuelo y San Vicente por el Aliste y Campogrande por el Espinoso.

El Aliste ha vivido en sólo 15 días un cambio radical en su estampa. Tras permanecer seco sin vertir aguas al embalse del Esla durante casi nueve meses, desde primeros de junio de 2017 a finales de febrero de 2018, -normalmente siempre se recuperaba en noviembre-, ha vuelto a salirse de su cauce. En Las Torres como ya es habitual inundo la vía paralela al cauce y el parque infantil situado junto al puente de arriba (carretera). El Frío, único río de la comarca que no se secó en el pasado verano, volvía a ofrecer un gran caudal en Valer, aunque sin salirse, dado que cuenta con un cauce amplio.

La calles de Moveros volvieron a ser inundadas por el "Manzanal", demasiada agua para un estrecho cauce encajonado entre paredes de piedra, que llevó a inundar huertas y vías públicas, alcanzando el tope sobre el puente que da paso a la carretera que une la Nacional 122 con el "Alto de la Luz" hacia Portugal.