Las burras de raza asnal zamorano-leonesa producen una leche de "magnífica calidad" a decir de los expertos al tratarse de una especie adaptada durante siglos al ecosistema alistano en su triple variante de trabajo, montura y cría. El problema como en todas las razas de asnal está en la producción: muy baja.

En tierras alistanas la leche de burra ya se utilizó, muy en particular durante la Guerra Civil y en la Posguerra, para alimentar a los niños de corta edad, en unos tiempos donde escaseaban los alimentos tanto para los recién nacidos como para las madres.

Los ganaderos alistanos aseveran que una vez parida los dos primeros meses la leche producida por la burra nodriza debe dedicarse exclusivamente a la bucha (hembra) o bucho (macho). Históricamente es un período donde la cría nunca se separa de la madre acompañándola en sus tareas camperas o de pasto en los prados. Una vez que el buche pueda alimentarse de otros alimentos, pienso o hierba, se podrá alternar su amamantado con el ordeño en un período de, como mucho, cuatro meses. El ordeño habrá de realizarse tres veces al día y siempre con el burreso presente: si no la burra no da leche alguna. Por norma mientras una vaca en la zona puede producir 20 litros una burra a duras penas produce un litro y medio y solo durante los 6 meses de lactancia del pollino, de los cuales hay que descontar los dos primeros solo para el buche.

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