El ganadero de Fresnadillo de Sayago Juan Manuel Garrote se desesperó de nuevo ayer al contemplar un grupo de ovejas muertas en dos puntos diferentes. Cuatro animales aparecieron en una finca donde había dejado pernoctando "unos 400 animales", y "otras dos corderas y dos ovejas" aparecieron en otra finca, alejada unos dos kilómetros, donde había dejado otro hatajo de otras 400 ovejas.

La agentes que acudieron al lugar para certificar la muerte de las reses consideraron que era obra de lobo, y así lo plasmaron en el documento.

Estas ocho ovejas vienen a sumarse a la muerte de otra oveja el día anterior, que no fue atribuida a los lobos y se indicó, en la autoría, como "indeterminado". Esta calificación indigna al ganadero porque la muerte está ahí pero, sin embargo, no recibirá indemnización por la misma. "Me duele más lo de indeterminado que la muerte de las ocho ovejas" expresa Juan Manuel Garrote.

La matanza de ayer sorprendió a más de uno porque viene a renglón seguido de la muerte de otras nueve ovejas, ocurrida el día anterior, en el pueblo vecino de Gáname.

Desde el mes de octubre lleva más de cincuenta animales muertos y, en un importante número de casos, se desconocer si los autores son lobos, perros e incluso zorros. Esta situación le ha llevado a tratar de hallar a los verdaderos artífices recurriendo a las cámaras nocturnas. Todos los intentos han resultado hasta la fecha insuficientes y su gran pregunta es "¿quién mata las ovejas en Fresnadillo". Los cuervos y los buitres sobrevolaban ayer en las cercanías de las fincas donde permanecían los cadáveres de las ovejas.