La historia del servicio telefónico, iniciada con el llamado teléfono público, en Rabanales comenzó en el año 1982, propiciado en parte gracias a la relativa cercanía del pueblo con la villa de Alcañices. Mientras la alternativa habitual era la instalación de lineas aéreas con postes de pino, en este caso se optó por una linea subterránea en todo el trazado de alrededor de 8 kilómetros.

De ahí su alto coste económico que ya en aquel entonces rondó los 16 millones de pesetas a financiar por las instituciones y usuarios. Toda la inversión se fue para la linea campestre entre Alcañices y Rabanales, y la falta de más fondos no permitió continuar con la instalación urbana para dar servicio a las familias en sus propias casas, algo que se retrasaría unos tres años. Fue concretamente en el mes de enero de 1985, siendo alcalde Agustín Cruz Lorenzo, fallecido el pasado año, cuando llegó la conexión a las viviendas. En un pueblo con 126 familias se instalaron en total 32 teléfonos domiciliarios: entorno al 25% del total.

Los vecinos creen que parte de culpa de las deficiencias puedan estar en las instalaciones, algunas de las cuales no se han cambiado desde hace 36 años. Valga como ejemplo que se puso la linea subterránea, pero sin macarrón (tubería), con lo cual ahora no se puede cambiar el cableado pues la única alternativa es levantar todo el trazado.