La nieve y el hielo que el temporal dejó a su paso en la provincia de Zamora motivó que 1.113 escolares de Educación Infantil y Primaria y 1.436 estudiantes de Educación Secundaria y Superior no pudieran llegar ayer a clase, lo cual supone un 17% de los matriculados en los diferentes centros públicos, según los datos recabados por la Consejería de Educación de Castilla y León. En todas las comarcas de la provincia, y también en la capital, Benavente y Toro, hubo centros que registraron ausencias como consecuencia de la nevada y del hielo en las carreteras.

Algunos centros públicos, como el colegio Virgen de la Salud de Alcañices, abrieron sin apenas alumnos por si acudía algún niño de la propia villa, pues se había suspendido el transporte escolar que debía recoger a la mayoría de los estudiantes, que proceden de una treintena de localidades diferentes.

La sanidad rural también se vio afectada por el temporal, pues en muchos casos los médicos no pudieron llegar a los consultorios, y en el caso de Aliste, la Mancomunidad por primera vez en muchos años no salió a recoger la basura.

Por otro lado, varias obras públicas fueron suspendidas y puede que tarden algunos días en reanudarse. Fue el caso de la perforación del pozo de sondeo de MoldonesMoldones, que se debía de haber iniciado ayer por parte de la Diputación Provincial de Zamora.

La provincia de Zamora registraba ayer 37 avisos de incidentes en el Servicio de Emergencias 112 como consecuencia de las nevadas y las placas de hielo. Cinco avisos alertaban de las dificultades de los automovilistas para circular por las carreteras. Zamora encabezó el número de llamadas en toda la Comunidad, donde se registraron un total de 186 incidentes.

Pese a todos los contratiempos causados por el temporal, la nieve supuso una alegría para niños y adolescentes, que además de disfrutar de un día sin clase en muchos casos, salieron a las calles de los pueblos a divertirse con la nieve, ya fuera enfrentándose en "guerras de bolas", haciendo muñecos de nieve o deslizándose por las calles sobre trineos improvisados, una estampa que se podía ver sobre todo en las zonas donde están menos acostumbrados a las nevadas.

También los agricultores recibieron con alegría las precipitaciones en forma de nieve después de haber sufrido un año de fuerte sequía. La nevada "ha sido buena, está de blandura y no ha helado" explicaba un vecino de Robleda, en Sanabria, pese a todas las dificultades que soportan los vecinos de los pueblos, "era necesaria". Los problemas en la red local y los casco urbanos de los pueblos todavía tardarán días en resolverse, pero el agua servirá para alimentar la tierra y llenar los embalses.