Venialbo demuestra ser un pueblo acogedor con sus visitantes, y por eso la Asociación Castellana y Leonesa de Autocaravanistas (Acyla) ha vuelto a escoger entre todos los pueblos de la región a la villa del Talanda para celebrar su asamblea anual, como ya hicieron en febrero de 2016.

Cerca de un centenar de autocarvanas convirtieron la pradera junto al arroyo en una pequeña ciudad con ruedas. Aquí, los autocaravanistas pueden encontrar en cualquier época del año un lugar en el que estacionar con servicios de luz, agua potable y alcantarillado, además de acceso a las duchas y vestuario de la pistas deportivas contiguas a la era, gracias a la regulación aprobada en 2015 por el Ayuntamiento, que preside Jesús Vara Colino, con el objetivo de hacer de Venialbo un pueblo atractivo para el turismo y que eso redundara en los negocios locales.

Los autocaravanistas disfrutaron de visitas a las bodegas locales, con cata de vinos de la Denominación de Origen Toro incluida, así como de una visita guiada a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde pudieron conocer el valor de su retablo y del relicario.

Otro de los activos de Venialbo que atrae a los autocaravanistas es la gastronomía local, que disfrutaron tanto en los establecimientos hosteleros de la villa como en la comida que prepararon en el salón de usos múltiples, ya que el Ayuntamiento de Venialbo les dio acceso a las dependencias municipales para que facilitar la visita.

La buena situación de la pradera habilitada para las autocaravanas, que está dentro del mismo casco urbano, facilita el acceso a todos los servicios del pueblo, que además de bares y restaurantes tiene panadería, supermercado o farmacia, entre otras cosas.

Pero, por encima de todo, los autocaravanistas destacan el carácter de las gentes de Venialbo, que siempre se muestran encantados con la presencia de los forasteros y de presumir de todas las bondades de su pueblo, así como las facilidades dadas por el Consistorio.