Técnicos de la Consejería de Agricultura y Ganadería de Junta de Castilla y León aseveran que "aun descartando la valoración estrictamente económica del proceso de concentración parcelaria desde el punto de vista del incremento del Margen Bruto Agrario, podemos considerarla como un instrumento que lleva a cabo una ordenación integral de territorio permitiendo la recuperación del potencial económico agrícola, ganadero y forestal, sentando las bases para la viabilidad de las explotaciones lo que contribuye al desarrollo, primera condición para fijar población en el medio rural.

Desde el punto de vista puramente social, sin lugar a dudas muy importante, sentencian: "La concentración parcelaria facilita el conocimiento exacto de la propiedad, generando documentos que permiten su transmisión, evita el intrusismo y el minifundismo por lo que reduce el abandono de la propiedad que con mucha frecuencia es origen de muchos daños medioambientales irreparables". Además, "contribuir a la fijación de población rural, especialmente de los más jóvenes, y evitar la desertización demográfica a la que se ve abocada la zona, es en estos momentos la necesidad más urgente que demanda dicha zona. Por todo ello, se hace imprescindible el establecimiento de unas líneas de desarrollo encaminadas a la recuperación socioeconómica y demográfica de la zona afectada, siendo la concentración parcelaria una de las actuaciones que puede contribuir a ello".