Ni la amenaza de lluvia cambió un ápice la intención de los quintos de Sanzoles: cumplir la tradición. Lo hicieron con creces: Luis, Lucía, Ana, Elena y Jennifer respondieron a conciencia. A pie y a caballo, luciendo cintas y pronunciando relaciones a grito pelado que fueron la crónica social del pueblo del último año (hubo recuerdo, como no, para Arturo Ponce) y también de España (Puigdemont tampoco se libró de las puyas, se las merece). Luis Salvador volvió a demostrar que tiene gracia natural y, ojo, que se comprometió a poner "orgullo y corazón" cuando encarne el próximo Zangarrón (seguro que lo hace bien, la referencia está clara: su hermano Jaime). Se habló también en las relaciones de la peña Melopea y sus andanzas. En las imágenes dos instantes de la carrera.