Seis jóvenes de San Miguel de la Ribera, cuatro varones y dos damas, cumplieron ayer el rito de paso a la madurez que significa la carrera del gallo. Vestidos para la ocasión y subidos a seis caballos no menos elegantes, los quintos pudieron tomarse su tiempo para contarle al gallo, y a todos sus vecinos, sus primeras juergas y todas las aventuras y aconteceres del último año. En esta ocasión la fiesta era un poco más especial si cabe, pues el pueblo quiso brindar un pequeño homenaje a Ramiro Mangas, que es la persona que más relaciones ha escrito a numerosas quintadas y se retiraba este año con el desafío de escribir para su nieta Nerea, y además también redactó las de David Escribano Álvarez.

El resto de quintos son Jaime Martín Sánchez, Francisco Herrera Rodríguez, Paula Santos y Javier González García.

Jaime dedicó sus versos al kiosko de su familia en Zamora y siguió deleitando al público sobre su enorme afición a la tauromaquia, algo que comparte casi toda la Aldea del Palo. David hizo un desafío con Nerea Mangas sobre los veranos que pasan en el pueblo con sus abuelos, y Paula Santos contó emotivas anécdotas sobre sus amigos de San Miguel y sus parientes. Por su parte, Javier entretuvo al respetable con los mejores momentos de sus fiestas que le han costado más de un percance, y declamó varias estrofas a alabar las bondades de su tierra guareñesa: "Pueblos recios de Castilla / forjados en la quietud, / estandartes de una luz / que es oración y es semilla. / Pueblos de gente sencilla / tiernos bajo su aspereza. / Manantiales de nobleza, / siempre lejos del poder / pero admirables por ser / paz, vida y naturaleza".

Cada verso, cada momento de la carrera, quedó inmortalizado por los teléfonos móviles de las gentes de San Miguel y de algunos forasteros invitados por los quintos a presenciar un momento tan importante. Todo un éxito de público.