Aunque el antruejo llega antes de abril, en Moraleja del Vino ayer ya parecía primavera debido a la alegre gama de colores que pintó las calles de la localidad mientras duró el desfile de carnaval. Los premios que el Ayuntamiento había anunciado para los mejores disfraces fueron un buen aliciente para que los vecinos dedicaran tiempo, imaginación y trabajo a sus creaciones.