Los sanabreses Roberto Prada Amigo, de Vigo, y David Montesinos Prieto, descendiente de Requejo, se dedican profesionalmente a la Ejército pero como reto personal han afrontado la fabricación de la primera cerveza artesana de autor de la comarca. De preparar 20 litros de cerveza, con un equipo casero, han pasado a supervisar la elaboración de los primeros 1.000 litros comercializados con la etiqueta inequívoca de "Sanabria".

La primera tirada se ha distribuido, también, casi de manera artesanal en 23 establecimientos de Sanabria y Madrid, desde finales de diciembre. La fabricación se realiza en estos momentos en la ciudad vizcaína de Balmaseda "porque el agua que utilizan es prácticamente similar al agua de Sanabria" ya que el 80% de la cerveza depende del agua.

Lo que comenzó siendo un reto quiere convertirse en "un proyecto de desarrollo en la comarca", que genere empleo.

Unas Navidades Roberto Prada recibió como regalo un "kit" casero de fabricación de cerveza. Ahí empezó una carrera autodidacta en el mundo de la cerveza. El hostelero Jesús Fernández de Vigo, pero que regenta un pequeño establecimiento en San Martín de Castañeda, dijo las palabras mágicas para empujar a los emprendedores. Algo así como "a que no te atreves", y la respuesta fue del mismo estilo "y por qué no".

Estos dos amigos reconocen que ante el reto lo único que podíamos perder era tener almacenados 1.000 litros de cerveza de autoría propia en casa. Tras año y medio dando vueltas, llegó la primera "cosecha". El primer lugar donde vio la luz fue en El Chivitero de San Martín. El miedo que surgió es que esta cerveza mucho más suave, con menos alcohol y un sabor singular no fuera bien acogida. Pero no fue así, tuvo un buen recibimiento.

Tradición en la región

Tradición en la regiónEn Castilla y León, reconocen estos dos jóvenes, "hay mucha tradición de cerveza artesana, aunque en Sanabria no hay mucha costumbre de este tipo de cerveza", que difiere de las cervezas industriales carbonatadas.

El trabajo se multiplicó con visitar diferentes fábricas independientes, seleccionar los ingredientes, desplazarse a la fábrica para cocer las maltas, esperar cuatro semanas de fermentación, embotellar, etiquetar. "Es laborioso pero si hacemos todo el trabajo ahorramos costes y podemos ajustar el precio" señalan los promotores. Es difícil competir en precio y distribución con las cervezas industriales. Para llegar a la receta definitiva "hemos pasado por un proceso de prueba y error". El proceso de elaboración es isobárico, con presión y temperatura constante, para evitar alteraciones en el sabor. Una cerveza artesanal suele rondar los 6 grados, y en estos casos se busca más potenciar el sabor que el alcohol y sin carbonatar.

En ese proceso de prueba y error ha habido muchas anécdotas, como que las primeras etiquetas no fueran autorizadas por Sanidad, al no cumplir la normativa en el cuerpo de la letra del etiquetado, o que las etiquetas finales se perdieran en el camino. Estos contratiempos retrasaron la presentación a escasas fechas de la Noche Vieja sanabresa. Detrás de ellos está el apoyo de Jesús Fernández, quien destaca como cualidades "el cariño y las ganas, esfuerzo y horas de dedicación, e incluso sufrimiento" que han puesto.

Y como en todo buen proyecto, hay un ingrediente secreto "un ingrediente que no incorporan otras marcas para abaratar costes". Roberto y David señalan que "los sanabreses fuera tenemos fama de emprendedores, ¿por qué no podemos ser emprendedores aquí también?". El lema del proyecto. En el fondo su idea es impulsar "los productos de elaboración artesana de esta comunidad que tienen una gran calidad".

Cuentan ahora con un mercado muy reducido porque quieren garantizar la distribución a los establecimientos que se han embarcado con estos dos emprendedores, en Madrid y Sanabria, pero ya tienen pedidos de Sevilla.