Los vecinos de la Tierra de Tábara alzaron ayer su voz en Faramontanos contra la proliferación de macrogranjas de ganado porcino como la que se ha comenzado a construir en esta localidad o la que se pretende levantar también en la vecina Pozuelo. A la manifestación llegaron personas desde Tábara, Moreruela, Santa Eulalia, Pozuelo pero también de otras localidades de Tierra de Campos y de la comarca de Los Valles, donde igualmente está creciendo este tipo de explotaciones que albergan a miles de lechones o cerdos en su interior. También contaron con el apoyo de Defensa Animal Zamora, la procuradora de Podemos María José Tobal y varias personalidades del PSOE.

Los manifestantes, 74 contados por la Guardia Civil, 300 según la organización, pudieron expresar los motivos de sus reticencias hacia este tipo de grandes explotaciones ganaderas cogiendo el megáfono, que fue pasando por las manos de todos los vecinos que quisieron dar su parecer, y también en los lemas plasmados en las múltiples pancartas, como "Progreso Sí, Mierda No", "El cuento de los marranos, parece bueno y es malo" o "Zamora no es una pocilga". La idea generalizada es que las empresas cárnicas traen a Zamora la parte del proceso productivo que más contaminación y menos empleo genera, pues las naves están muy tecnificadas.

Así lo explicó Jesús Menéndez, vecino de Pozuelo de Tábara, que abrió la protesta leyendo un manifiesto en el que defendió que la macrogranjas, lejos de crear empleo, "terminarán de acabar con Zamora". En su discurso recordó que el agua es un bien cada vez más escaso que en la mayoría de los pueblos ya no es potable, y estas explotaciones consumen millones de metros cúbicos al año y pueden contaminar las aguas subterráneas, que a los agricultores les será más difícil conseguir permisos para un sondeo, y que los pequeños ganaderos no podrán ampliar sus instalaciones o incorporarse a la actividad por las restricciones urbanísticas que se imponen en un radio de dos kilómetros alrededor de cada macrogranja.

La vecina de Faramontanos y edil del Grupo Socialista Mercedes Alonso intervino para recordar que las macrogranjas llegan a Zamora cuando en Cataluña y Aragón han pedido una moratoria de licencias para este tipo de explotaciones de al menos cuatro años porque ya están padeciendo las consecuencias en sus acuíferos.

Los megáfonos también cargaron contra la Junta de Castilla y León por fomentar este modelo productivo de grandes explotaciones de corte industrial en lugar de apoyar a las familias de ganaderos, y en concreto contra el delegado territorial Alberto Castro, por defender que estas empresas no contaminan porque cumplen con todas las exigencias legales. "El papel todo lo aguanta, pero ¿quién va a vigilar que de verdad se cumplen las normativas medioambientales?".