La nieve emblanqueció estos días buena parte de la provincia de Zamora pero la falta de agua es todavía una realidad en la orografía zamorana y un problema para el sector ganadero sayagués. Queda puesto de manifiesto en la sequedad que ofrecen las riveras, que a estas alturas invernales todavía permanecen sin caudales corrientes, y en los bajísimos niveles de las charcas.

No obstante, se aprecia un cambio y una recarga de agua en algunas fuentes tradicionales sayaguesas que dieron vida a los pueblos durante muchos años, y en la aparición de cadozos en los cursos fluviales. Estos signos evidencian una recuperación de los recursos hídricos que se han venido echando de menos durante prácticamente todo el verano y otoño del pasado año.

Los ganaderos bendicen la llegada del agua, pero sostienen que la escasa precipitación habida hasta el momento la ha consumido el propio campo, que ha notado una mejoría. "Al humedecerse la capa de arriba se ha recuperado el tema de pastos, pero los manantiales siguen bajo mínimos. En las pilas de granito que tengo, de un metro cuadrado, hay como unos dos litros y medio" expresa el ganadero de ovino Manuel Bárbulo, de Fornillos de Fermoselle. Repara, además, en las diferencias de uno y otro punto del término, con más sequedad en la zona rayana a los términos de Formariz y Palazuelo de Sayago. Sobre el llenado de la tradicional fuente del Carbayo asegura que se ha llenado por el agua recibida desde el exterior.

Lo mismo expresa el ganadero de Palazuelo de Sayago, Juan Carlos Manso, que señala que "ha llovido poco y no se han recuperado las fuentes". Expresa, empero, que "el agua caída ha venido bastante bien para el campo". Pone de relieve Manso que "no es un terreno ligero que necesite mucha agua", pero subraya que las lluvias han sido del todo insuficientes "para recargar las riberas y los manantiales".

"Hoy caen cuatro copos de nieve, pero hasta ahora no ha llovido nada. Es lo que hay. No quiere venir el agua y yo me apaño rellenando las cubas para abastecer el ganado. Los manantiales están secos y en algunos sitios no se agotaron porque no les hemos dado tralla con el ganado" expresa el ganadero fermosellano Ángel Manuel Díez.

Juan Carlos Manso, al igual que los demás ganaderos consultados, incide en la necesidad de que llueva por la urgencia de agua que existe en la época veraniega. "Los manantiales tienen que llenarse en tiempo de invierno y primavera porque si este año no tenemos agua lo vamos a pasar mal en agosto y septiembre" afirma. Consideran que "para el campo con lo que está cayendo basta", pero insiste en la importancia del agua para los meses estivales.

El ganadero José Luis Pascual, de Tudera, afirma que "las charcas se han recuperado un poco, pero no los manantiales ni los pozos". La situación se ha mitigado y "ya no tenemos que andar sacando agua" dice. Manifiesta que para salvar las complicadas circunstancias "tuve que poner una red de abastecimiento hasta una parcela" aunque, sobre este particular, expresa sus incertidumbres sobre "cómo sentará al ganado el abastecimiento con agua clorada". Resalta, además, que el ganadero se ve obligado a "pagar dinero por todos los lados".

Pascual indica que las precipitaciones habidas "están arreglando bastante el sembrado y los valles comienzan a reverdecer", y hace hincapié en que atrás ha quedado "un año de falta de bellota, con el secado de un importante número de árboles y con los ganaderos saliendo a flote a base de aportar pienso y forraje".

El ganadero de Fresnadillo, Eduardo Herrero asegura que la sequía sigue presente y "ni los manantiales ni las riveras se han recuperado", aunque el efecto del agua se percibe en que los sembrados están reverdeciendo. Señala que el ganadero atraviesa una mala situación porque "ha sido un año largo y nefasto".