Aliste ha vivido unas de las Pascuas Navideñas más atípicas y con menos llegada de emigrantes de su historia. Muchas familias han optado por llevarse los abuelos a las ciudades donde ellos viven y ello ha situado bajo mínimos el regreso de adolescentes y niños a los pueblos. Las misas de Navidad y Año Nuevo que antaño abarrotaban las iglesias para adorar al Niño este año han notado el frío de la soledad siendo de las menos concurridas de la historia, incluso en los pueblos más grandes.