-Hablar de olivos y aceitunas en Aliste incluso a muchos alistanos les causa sorpresa. La verdad es que Latedo es la excepción.

-Latedo es un pueblo donde tenemos olivos con con siglos de vida y prueba de ello es que hace aproximadamente 105 años mi abuelo Miguel Terrón ya cedió la finca para hacer el primer lagar comunal, hace no muchos años restaurado por el Ayuntamiento de Trabazos. El olivo no es un árbol presente en el resto de pueblos alistanos, exceptuando San Martín, donde también hay alguno, con lo cual tenemos que su presencia y fertilidad aquí se debe al microclima del río Manzanas. La mayoría, de los más viejos, se ubican en los linderos de las fincas y ello tiene su lógica: había que aprovechar el terreno para sembrar y ahí no estorbaban para arar con las vacas y las mulas.

-¿Qué valoración le merecen los productos agroalimentarios originarios de Aliste?

-Somos un paraíso natural donde siempre hemos producido calidad y cantidad, siempre lo hemos sabido, aunque desde nuestra humildad no hemos dado su verdadero valor. Son auténticos manjares y cada vez gozan de un mayor y merecido prestigio tanto entre los profesionales de la restauración como entre las amas de casa. La Ternera de Aliste con Indicación Geográfica Protegida ha sido nuestro buque insignia agroalimentario, los corderos, y ahora le siguen las castañas, las setas, las moras y la miel, también porque no, nuestra aceite y pan artesano alistano.

-¿Cómo vive Latedo las jornada del aceite?

-Con mucha ilusión. Orgullosos de revivir oficios y tradiciones, invitando a todos a que vengan a participar y disfrutar con nosotros de ellas. Quien a Latedo venga aquí siempre será bien recibido.