La sanción de 4.000 euros impuesta a un pescador jubilado de Granja de Moreruela, por el empleo como cebo de "la cola de un cangrejillo americano, del tamaño de una uña", ha causado indignación en prácticamente todo el sector.

I. F. practicaba este verano su gran afición en el río Esla, en el paraje denominado La Alameda, cuando fue expedientado por una patrulla de la Guardia Civil que apareció en el lugar y se interesó por el cebo utilizado.

El sancionado manejaba "una red para sacar quisquillas y salió un pequeño cangrejo", que puso como señuelo. "¿Qué tiene usted de cebo?" le preguntaron, y al conocer que se servía de una especie viva los efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza le abrieron un expediente. La documentación fue remitida al Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, que remató el trámite aplicando una sanción de 4.000 euros que algunos consideran ni más ni menos que "una multa desproporcionada, un robo y un afán recaudatorio de la Administración de Castilla y León".

El sancionado, al ver venir a la patrulla, consciente de que estaba incumpliendo la normativa, y temiéndose lo peor, cortó el sedal. El hecho fue advertido por los efectivos del Seprona al ver la tanza cortada, y ordenaron que sacara el resto del sedal, comprobando así la puesta de la cola del cangrejo rojo o americano, considerado plaga y especie exótica e invasora por la Administración.

I.F. recibió recientemente la carta de la sanción sin dar crédito a la taxativa aplicación de la Ley y, sobre todo, a las cifras, que, al estar en Barcelona, decidió pagar su padre sin demora "porque si renunciaban a cualquier recurso administrativo la cantidad a abonar quedaba reducida a 2.400 euros".

Fuentes del sector de la pesca expresan su incomprensión por lo que consideran una sanción excesiva, máxime "porque a nosotros nos obligan a matar estas especies nocivas y que perjudican al medioambiente".

El amigo del sancionado y también pescador Francisco Javier Camacho, señala que "nunca he visto nada igual y llevo muchos años pescando en el río". En su criterio "la gente debe enterarse de la magnitud de estas sanciones a personas que pagan unas licencias por disfrutar un rato tranquilos del río". Reitera que "son 4.000 euros a una persona jubilada. que tiene el pago de una pensión para subsistir". "Las leyes, añade, están para cumplirlas, pero estas multas son un despropósito por el importe y no por el hecho en sí". Alude a delitos mucho más graves que son penados con menos. Indica que esta situaciones "solo se dan en Castilla y León", y está convencido que frenará la presencia de pescadores en la provincia de Zamora "porque hay que andar con pies de plomo".

Camacho expresa que el río Esla "es bueno para pescar", pero asegura que "lo perjudican cada vez que meten especies invasoras, como el lucio, el percasol y el pez gato, para quitar otras". "Perdemos multitud de aparejos enganchados en las piedras, pero ese día, al sacar el sedal, salió con todo" afirma el compañero de pesca.