Villalpando cumplió ayer el compromiso del Voto de la Inmaculada -que defiende la concepción de María sin pecado original- con la solemne celebración de la misa en la iglesia parroquial de San Nicolás y la posterior procesión que, como es habitual, contó con gran participación.

Como cada 8 de diciembre desde que en 1466 los pueblos de la comarca formalizaran el primer Voto inmaculista en Villalpando, ayer se volvieron a concentrar representantes de Cañizo, Cerecinos de Campos, Cotanes del Monte, Prado, Quintanilla del Monte, Quintanilla del Olmo, San Martín del Valderaduey, Tapioles, Villamayor de Campos, Villanueva del Campo, Villar de Fallaves y Villárdiga, además de Villalpando.

Este año los feligreses de Quintanilla del Monte fueron los encargados de realizar la ofrenda durante una misa que por primera vez protagonizaba el nuevo párroco de Villalpando, el sacerdote Ángel Carretero, tomando el testigo de Tomás Osorio.

El templo de San Nicolás, en cuyas paredes cuelga el célebre cuadro de Antonio Pedrero que representa la proclama del Voto realizada por los antepasados terracampinos, volvió a llenarse de feligreses para conmemorar la gran fiesta de la Virgen y renovar el compromiso histórico con la Purísima desde 1466, ratificado en seis refrendaciones (1498, 1527, 1904, 1940, 1954 y 1967).

Tres pequeños vecinos de Villalpando -dos niñas vestidas con el traje tradicional y el niño con la típica capa castellana- protagonizaron un simbólico recuerdo del Voto. Este año no tocaba la tradicional escenificación en el altar del Voto de la Inmaculada, sobre una adaptación de Luciano López García, porque tradicionalmente se representa cada dos años.

Concluida la misa con el solemne canto de la Salve, otro de los momentos claves de esta fiesta tuvo lugar durante la procesión por las calles de Villalpando, muy concurrida y acompañada en esta ocasión por un tiempo "agradable". Tras el montaje de la imagen sobre la mesa procesional, engalanada con flores y vestida con las faldillas azules del color inmaculado, los feligreses acompañaron a la Virgen en una comitiva también integrada por los alcaldes de los pueblos que certificaron el Voto mariano.