Primero fue Villafáfila (ya descartada por la empresa), después Cerecinos de Campos (donde está paralizada la obra a la espera de licencia ambiental) y ahora Faramontanos de Tábara. La oposición de los vecinos a las macrogranjas porcinas proyectadas en la provincia se traslada a la comarca tabaresa, donde se ha promovido una campaña de firmas (tanto directamente como a través de Internet) contra la construcción de una macroexplotación porcina para la crianza de 12.000 lechones en Faramontanos.

Promovida por el Grupo Batallé, el mismo que pretendía levantar la macrogranja en Villafáfila, el proyecto cuenta con la licencia de obra concedida por el Ayuntamiento de Faramontanos "en base al informe favorable emitido por el arquitecto de la Mancomunidad" precisa la alcaldesa popular, Amaranta Ratón.

Sin embargo no se ha aprobado la licencia de actividad, a la espera del informe favorable de la Junta de Castilla y León, "siempre que el proyecto cumpla con todas las medidas correctoras, tanto de la Junta como de la Confederación Hidrográfica del Duero, y a día de hoy no tenemos ese informe" añade la regidora. Ratón incide en que este proyecto promovido por una empresa catalana "no es una decisión mía, se ha aprobado en el pleno por mayoría" de los 4 representantes del PP frente a 2 del PSOE y 1 del Prepal.

Sin embargo la concejala socialista Mercedes Alonso argumenta la oposición a la macrogranja por el "riesgo de contaminación de este tipo de explotaciones que puede llegar hasta los acuíferos del agua que bebemos". Cuestiona además que ya hayan comenzado las obras con la excavación del vaso de la balsa y allanamiento del terreno, aunque en estos momentos están paradas. "Porque tienen la licencia urbanística" apunta Amaranta Ratón.

Lo cierto es que, al igual que en otros pueblos, la macrogranja ha generado controversia en Faramontanos y en la zona, que también se podrían ver afectados por la cercanía de la instalación, como Santa Eulalia. Según la concejala socialista, "por caminos hay una distancia de 2,4 kilómetros desde Faramontanos y más o menos lo mismo a Santa Eulalia; la gente está preocupada".

La alcaldesa de Faramontanos sale al paso de las críticas respondiendo que "lo único que hacemos es cumplir con la ley. Si hay un informe técnico favorable y la Junta establece unas medidas correctoras no nos negamos". Amaranta Ratón indica que "estas macrogranjas están muy controladas desde el punto de vista medioambiental y si dicen que contaminan, también lo hacen los herbicidas de la agricultura o el humo de las fábricas. Cuantas más empresas vengan a los pueblos mejor y yo no tengo ningún interés ni por unas ni por otras" declara la máxima representante municipal.

Sin embargo Mercedes Alonso teme que "nos saturen de purines y quemen nuestras tierras; es un problema de salud y puede afectar a la comarca porque también hay prevista otra en Pozuelo de Tábara. Y es un problema para las pequeñas explotaciones de nuestros ganaderos, que son los que realmente mantienen los pueblos".

Ante este posicionamiento la alcaldesa pregunta a la oposición "por qué no hicieron alegaciones en su momento. El proyecto estuvo expuesto al público los días que marca la ley y se le enseñó a la concejala Mercedes Alonso informándole de que era el momento de hacer alegaciones. Y nadie hizo nada" sentencia Ratón.