A 2.121 metros de altitud, en la cima del pico Vizcodillo y uno de los techos de la comarca, los montañeros reclamaron la atención para las montañas dentro de las actividades organizadas por el Club de Montañismo Sanabria, a la que se suma la Asociación Montañera de Zamora. Unas 40 personas entre experimentados montañeros y sencillos caminantes completaron los alrededor de 11 kilómetros de trayecto completo por la vertiente zamorana de la Sierra de Cabrera para desplegar en la cumbre las pancartas contra los incendios, por la vida en los pueblos y con el recordatorio de que las montañas "Es cuidar el futuro".

Un futuro que ayer obligó a repasar el pasado más reciente con un contraste de paisajes y circunstancias y algo de sana envidia por la nieve que se vislumbraba a cientos de kilómetros, en la Cordillera Cantábrica y Picos de Europa con sus crestas blancas. Contraste con la línea de horizonte más inmediata, la de los términos de Truchillas, Truchas, Encinedo, con todas sus ondulaciones en un color indefinido entre el ocre, el marrón y el cenizo. Los incendios de este verano dejan una desoladora visión para los amantes de los paisajes. La montaña Sanabresa brinda otro contrate con la escasa nieve, un matorral entre verde y pajizo ajeno a las lluvias del pasado otoño y echando el falta las primeras nevadas importantes. Los caminantes se consolaron con la poca nieve helada del trayecto.

Los puntos cardinales se resumen en un norte con nieve y ceniza, un sureste de sol y nieblas, y un oeste con una porción de superluna y alguna nube al finalizar el trayecto. El recorrido se alargó para vislumbrar la Laguna de Truchas y la laguna de Malicioso, ambas en la vertiente leonesa, vestidas de helada.

En un grupo heterogéneo las conversaciones eran igual de diversas que las líneas del horizonte. Un agente forestal retirado, con más de 45 años de trabajo, admiraba el entorno y leía en el terreno las operaciones que desarrollaron los retenes contra incendios en el paraje de Truchillas y Truchas, "por ahí es imposible meter una motoniveladora, no se sabe lo que se arriesga" al ver las trazas labradas entre los pinos calcinados. "Apagar incendios es un trabajo muy duro y ingrato, nunca se reconoce el trabajo que se hace". A renglón seguido, este veterano recuerda como un mes de agosto tuvo que estar cuatro días en un incendio "hasta que fueron a buscarlo porque su mujer estaba a punto de dar a luz de su hijo". Fueron expresamente a buscarlo "no había ni móviles ni nada".

En el descenso los más expertos concentran sus explicaciones en las rutas de alta montaña, que en no pocas ocasiones no depende tanto de los metros de la ascensión como de las condiciones climáticas en las que se realiza la subida. "Lo que en un sitio es media montaña, en Sanabria por encima de los 1.600 es alta montaña".

Ayer la alta montaña brindó la mejor climatología a senderistas y montañeros de todas las edades y condición física, e incluso las mascotas del grupo.