El Juzgado de lo Penal ha dejado visto para sentencia el juicio seguido contra cinco integrantes del colectivo Lobo Marley, con su presidente Luis Miguel Domínguez a la cabeza, por un presunto delito de daños derivados del derribo de tres casetas de caza y avistamiento instaladas en la Reserva de la Caza de la Culebra, además del posible perjuicio en el aprovechamiento cinegético por no poder abatir el lobo y los cuatro ciervos autorizados al titular del coto.

La Fiscalía solicita para cada acusado de 7.200 euros (24 meses de multa, con una cuota diaria de 10 euros) con arresto sustitutorio en caso de impago, más el pago de 1/5 parte de las costas. Y en lo tocante a la responsabilidad civil una indemnización a la Junta de Castilla y León de 1085, 77 más IVA, y al titular del coto de Figueruela de Abajo 2.951,54 euros más IVA.

El letrado del cazador gipuzcoano A. V., arrendatario del coto de caza donde se denunció el derribo de dos casetas, fue más allá en su solicitud y pidió dos años y seis meses de prisión para los acusados, 6.480 euros (18 meses de multa con una cuota diaria de 12 euros), y una indemnización de 5.323,12 por la destrucción de las casetas, más 12.225 euros por la imposibilidad de poder llevar a cabo el aprovechamiento cinegética.

El número de denunciados, de letrados, de testigos, periodistas y socios o simpatizantes de Lobo Marley presentes obligó a mudar de lugar y en vez de celebrar la sesión judicial en el Juzgado de lo Penal se optó por hacerlo en la sala de lo Criminal, mucho más espaciosa. Y es que el juicio despertó una cierta atracción mediática.

Todos los acusados negaron haber participado en el desmantelamiento de las casetas y apuntaron que las imágenes aparecidas en el vídeo, que sirvió de base para presentar la denuncia e identificar a los posibles autores, correspondían a fotografías de archivo montadas para dar lugar a un vídeo de denuncia de muerte de lobos sirviéndose de puestos colocados en el monte y cebados para atraer al predador.

Fue una sesión "de intereses contrapuestos: caza y conservación", donde una y otra parte trataron de imponer sus criterios: de unas pruebas contundentes, por parte de la acusación, y de carencia de pruebas por parte de la defensa, con repetidas llamadas de su señoría para que se ciñeran al caso del procedimiento: los daños.

La denuncia fue presentada por el Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en Zamora, y también por el cazador A. V. Se basó en los propios hechos del derribo de las casetas, que fueron descubiertos por la difusión de un vídeo donde aparecían una serie de personas echando al suelo los puestos. Y la identificación fue realizada con el visionado de los participantes en los fotogramas del vídeo y la búsqueda de sus perfiles en Facebook, según declararon ayer agentes de la Guardería Medioambiental. Los dos integrantes de este cuerpo llamados a testificar tuvieron ocasión de "reconocer" en los sentados en el banquillo a los participantes en los vídeos, en un caso dijo reconocer a los cinco, y en otro a tres de ellos y tener dudas respecto a los otros dos.

La defensa de los acusados trató de hacer hincapié en la falta de pruebas contundentes, como la identificación de los autores de un modo fehaciente y "autenticidad del vídeo", la recogida de herramientas o elementos utilizados para derribar los puestos que sirvieran para la demostración. Incluso trataron de inquirir y hacer valer, con el rechazo de la jueza por no venir al caso, aspectos como la constancia de licencias para la construcción de las casetas, facturas y costes de las construcciones.

El letrado del cazador sumó a los daños de los refugios los perjuicios derivados de no poder caza el lobo y los cuatro ciervos autorizados. Ante la imposibilidad de cazar el lobo y los venados hubo de entregar de nuevo los precintos a la Junta de Castilla y León. La defensa de los integrantes de Lobo Marley calificó esta valoración como "informe cinegético de expectativas" por cuanto que la garantía de abatir las piezas no es una certeza.

Hubo en el desarrollo del juicio una falta de claridad en cuanto a la denominación de los parajes.

La Fiscalía considera que "los hechos están plenamente realizados" y el letrado de la acusación subrayó que los hechos están acreditados y remarcó la intención publicitaria al difundirlos en vídeo. Por parte de la defensa de los acusados de Lobo Marley se resaltó que sus defendidos "son honestos y no violentos", se destacó "la ilegalidad del uso de las casetas para matar lobos y la conservación de esta especie. Una docena de socios y simpatizantes de Lobo Marley arroparon a los acusados. "¡Vamos chavales!" les dijeron al ser llamados para entrar en la sala, y lo acompañaron con unos timidos aplausos...