Teo Nieto, en román paladín- es uno de esos sacerdotes que cualquiera querría en su parroquia. Se encarga personalmente de 15 pueblos en la comarca de Aliste, lo que le presupone una gran capacidad de organización, habla mirando directamente a los ojos y construye argumentos complejos y eficaces sin despeinar su pelo largo y entrecano que, unido a una hirsuta barba, hace recordar a ese Mesías que refleja gran parte del arte religioso.

Su preocupación por el medio rural que habita y que conoce tan bien le llevó a desarrollar una intensa acción que, además de la realizada en el equipo de Pastoral Rural Misionera, empieza a cristalizar en la Coordinadora de Asociaciones del Mundo Rural. Su trabajo denodado ha sido reconocido en los Premios Pablo Iglesias que concede la UGT.

-¿Se enteró de veras del premio por los medios?

-Sí. La verdad es que el premio me ha venido absolutamente por sorpresa, no sabía nada y ahí está, el Premio Pablo Iglesias de UGT de Castilla y León.

-Habrá a quien le chirríe que un sindicato le otorgue un premio a un cura.

-Es porque yo creo que, al final, todo lo llevamos al campo ideológico partidista. Es un premio mediante el cual este sindicato quiere reconocer a determinadas entidades, a determinadas personas la labor social que hacen pero yo creo que no tiene mayor impòrtancia más allá de eso.

-Usted se distingue por el contacto estrecho con el feligrés.

-Claro, es que la pedagogía con la que intento funcionar es la pedagogía propia de los movimientos de Acción Católica, que es partir siempre de la realidad, el ver. Ver la realidad, analizar esa realidad y, desde lo que me gusta o me disgusta, transformarla. Por eso, yo creo que la labor del cura no tiene que reducirse a saber Teología, también tiene que saber Pedagogía. Y mucha. No solo hay que saber qué transmitir, hay que saber a quién se le va transmitir y saber también cómo se va a transmitir eso.

-Con un cargo importante en la jerarquía eclesial, habría destacado en cualquier concilio.

-Ya tengo un cargo importante, que estoy acompañando 15 comunidades de Aliste. Y es que no puede haber cargo más importante que ese. Desde luego, no lo dudes. El otro día, cuando la gente me decía: Oye, el premio qué es, ¿que te han hecho vicario? Digo: No, eso no sería un premio. El premio es vivir aquí entre vosotros.

-¿Dará un impulso el eco mediático a su trabajo?

-Espero que sí. Lo cierto es que está teniendo eco mediático y yo sé que esto es flor de un día pero hay que aprovecharlo. Hay que aprovechar para poner un poco en el orden del día, en el primer punto, el mundo rural. Yo creo que hay que descubrir el drama del mundo rural pero sin dramatismos. Últimamente, vengo diciendo que hay que buscar ese toque, darnos cuenta de la grandeza del problema pero ver también las positividades que tenemos detrás porque, al final, si no, vas generando un sentimiento de compasión y la compasión lleva a la beneficencia, a la caridad mal entendida y lo que necesitamos es justicia, que es distinto. Entonces, ¿presentar el drama? Sí, sin dramatismos pero, a su vez, ver las alternativas que tenemos. Ir siempre hacia la propuesta positiva y, a veces, las propuestas positivas dejan más en evidencia a quien tendría que haberlo hecho y no lo está haciendo.

-¿Cuándo va a tomar esa iniciativa la vertiente política y el apoyo financiero que le falta?

-Cuando me llamen y lo hagamos. De momento, estamos lanzando las propuestas. Yo creo que, a veces, el camino más recto no es el directo sino que, a veces, hay que dar un rodeo. Entonces, no se trata de que yo me siente con políticos o que el equipo de Pastoral Rural Misionera se siente con políticos. Se trata de que nosotros estamos generando una coordinadora rural para crear una federación y que esa federación realmente sea representativa del mundo rural y que sea esa federación quien se siente con esos políticos para poder transmitir la realidad de lo que es y de lo que quieren.

-¿Realmente podemos tener optimismo sobre el futuro de nuestros pueblos?

-Yo creo que podemos ser esperanzados por una cuestión básica. Desde la Coordinadora Rural, ya hemos recorrido dos comarcas: Aliste y Sayago. Y ha habido buena respuesta por parte de la gente. Las personas que ahora mismo están en el mundo rural están cada vez más concienciadas de que esto no puede seguir así. Y el paso ese que estamos dando de generar esperanza para que la gente misma, la gente del mundo rural pueda ser protagonista de su historia, ese paso se está dando. A partir de ahí, vamos a ver cómo podemos darlo. De todas formas, no olvidemos que el problema que tiene el mundo rural no es del mundo rural. Europa es la que se está envejeciendo, no solo es el mundo rural, con lo cual, tenemos que ir dando pasos que tienen que ser: sí, que vuelva gente a los pueblos, claro que sí, o que la gente de los pueblos no se vaya, claro que sí pero también, a lo mejor, tenemos que acoger a gente de otros países para revitalizar toda Europa.

-Un cura como usted, ¿es incómodo para los políticos?

-Yo no quiero ser incómodo para nadie. De verdad que mi objetivo principal no es incomodar a nadie. Por eso, quiero hacer las propuestas en positivo y si esa propuesta en positivo de lo que nos gustaría que fuera el mundo rural y que fuese este mundo en general incomoda a alguien porque le hace temblar su sillón, pues lo siento mucho. Pero también es verdad que, si a alguien le incomoda y me lo hace saber, me preguntaré qué he hecho mal para que le incomode y, si lo que le hecho mal es, a lo mejor, algo que realmente es ofensivo para la persona, pues a lo mejor tengo que pedir perdón.

-¿Le incomoda la visibilidad personal?

-Ese es el problema. Me incomoda mucho. Por eso este premio, aunque tiene el carácter individual -porque tiene su modalidad colectiva, que se lo dan a otra asociación-, quiero que sea en clave colectiva, quiero que sea en clave de todas las personas que están trabajando por el mundo rural.

-Eso mismo se dice en cualquier discurso de los Oscar…

No pienso dar ningún discurso porque me han dicho, además, que sea breve en dar las gracias. Pero sí lo voy a visibilidad porque la persona que me va a acompañar es una persona del Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos. He querido descartar a mi familia, que sería lo lógico que pudiera ir acompañándome alguien de mi familia, y he querido que fuera alguien vinculado a toda esta lucha por el mundo rural para que esté allí conmigo.

-¿Cómo vive un sacerdote la pérdida de compañeros y la sobrecarga de trabajo consecuente?

-Después del primer momento del dolor por la pérdida de compañeros, además, cercanos, jóvenes, viene el momento un poco del despiste: bueno, y ahora ¿qué hacemos? Pero el tercer momento no puede faltar, que es el momento de: vamos poner solución. Hasta hace pocos años, yo pensaba que había que cambiar las estructuras de la Iglesia para acomodarse a los tiempos pero ahora estoy convencido de que lo que hay que cambiar ya es -fíjate qué palabra más rimbombante- el paradigma, la manera que tenemos de pensar la Iglesia para que luego, una vez que cambiemos la manera de pensar la Iglesia, cambiemos las estructuras y poder ser respuesta fresca, alegre, motivadora, esperanzadora para la persona de hoy, para el hombre y la mujer de hoy. Tenemos que seguir siendo respuesta y nuestros propios problemas, que son el envejecimiento del clero y la escasez de clero, no podemos dedicarnos a lamentarnos por ellos. La Iglesia existe para la misión, existe para los demás. No podemos encerrarnos en nuestros propios problemas. Tenemos que ir más allá de la estructura para llegar al Evangelio y transmitir el Evangelio.

-¿Cree que se ha atenuado la persecución del catolicismo que se venía registrando en varias partes del mundo desde hace años

-Creo que el anticatolicismo ha sido últimamente más una cuestión intelectual. Es decir, ya que moda el tema del choque de trenes, ha habido un choque de trenes entre determinado ideario o ideología católica y determinado ideario o ideología laicista. Y ese choque de trenes, que ha surgido más a un nivel intelectual de altas esferas, en el día a día no se vive tanto. Mi experiencia es que me muevo en campos ajenos a lo eclesial, a lo católico, y siempre me he sentido aceptado, querido, respetado en mi ser católico, en mi ser cura, porque es evidente que todo el mundo lo sabe, no he percibido ese choque más que a un nivel intelectual. Entonces, yo creo que es un momento en el que tendríamos que hacer una reflexión serena para darnos cuenta de que la Iglesia es una organización más dentro de la sociedad. Luego nosotros creemos que de tejas para arriba tiene más cosas, claro que sí, pero de tejas para abajo es una organización más y eso, con todas las de la ley, significa que desde la Iglesia tendremos que reflexionar lo que son privilegios y lo que son nuestros derechos como organización y también desde fuera tendrán que reflexionar sobre lo que son nuestros privilegios y nuestros derechos y, entre todos, tendremos que llegar a ese punto de acuerdo de saber renunciar a privilegios, que ya lo dijo el Concilio Vaticano II, y tendremos también que defender nuestros derechos. Ese campo es un poco complicado.

-Una de sus frases conocidas es que "solo se avanza desde la heterodoxia". ¿El que se mueve no sale en la foto o eso solo pasa en política?

-En la Iglesia hay más libertad de lo que parece. También depende de temas. Y en este caso, que es el campo en el que yo ahora me estoy moviendo, en el que estoy más volcado, que es la evangelización de lo social, estar presente en las estructuras sociales, la verdad es que, en general, sí me siento apoyado y, en este caso, animado por don Gregorio, nuestro obispo.

-El obispo de Zamora ¿aprueba este tipo de actividad?

-Sí. Incluso, en algún momento, cuando hemos hablado del Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, a él le ha parecido algo interesante y me ha dicho: Teo, que esto no quede en ti ni en Aliste, que sea algo que vaya cuajando por la Diócesis, este estilo, esta manera.

-¿Qué mensaje le envía a quien vive en el medio rural?

El único mensaje que me gustaría que cuajara es que tenemos que unirnos, organizarnos y, desde la organización y la unión, generar esa esperanza para que, entre todos, busquemos las soluciones. Es verdad que el camino es largo y difícil pero eso no significa que el camino sea imposible. No importa la dureza del camino. Importa la firmeza de nuestros pasos.