Precisamente la alta siniestralidad en las carreteras convencionales de la provincia de Zamora, y especialmente en caminos rurales o vías sin denominación, constituye una seria preocupación para los integrantes de la Comisión Provincial de Tráfico, que se reunió esta pasada semana bajo la presidencia del subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, que dedicó la mayor parte de la sesión a analizar los datos de accidentabilidad en la provincia y a coordinar las campañas preventivas de la Dirección General de Tráfico.

Sin obviar la siniestralidad en las vías de alta capacidad, el análisis de los datos de la Jefatura Provincial de Tráfico evidencia unos altos porcentajes de accidentes en las llamadas vías convencionales (no autovías ni autopistas) y, significativamente, en caminos rurales o vías sin denominación, es decir, el mismo tipo de vía en la que se produjo el doble accidente mortal de ayer.

Así, en esos siete primeros meses del año, los accidentes con víctimas en caminos o vías sin denominación suponen el 27%, casi el doble que la A-52, que con el 14% de los siniestros se sitúa en segundo lugar. Les siguen la A-6 (12%), y tres vías nacionales: N-122 (10%), N-525 (6%) y N-630 (con el 5%). En sentido decreciente se sitúan la A-66 (4%), N-631 (3%) y, todas con el 2%, N-VI, A-62 y N-610. Con porcentajes ya de esta entidad cierran el triste ranking otras vías comarcales, provinciales y locales.

Respecto a los fallecidos en las carreteras, el subdelegado del Gobierno reiteró la alta incidencia de los siniestros más graves en las carreteras convencionales, puesto que del análisis de los datos disponibles del último quinquenio (2013-2017), la mayor parte de las víctimas mortales, el 20%, se registró en la N-122, seguida con el 14% de fallecidos por los caminos y vías rurales sin denominación. La A-52 registró en estos cinco años el 8% de las víctimas mortales y la A-6 el 6 por ciento.

Distracción, somnolencia y exceso de velocidad suelen ser los principales factores que intervienen en los accidentes de tráfico. Las distracciones o el cansancio estuvieron presentes en más de la mitad de los accidentes con daños personales. La velocidad inadecuada y las infracciones a las normas tienen igualmente una presencia significativa. Los positivos en alcoholemia de los conductores y no usar el cinturón de seguridad son causas determinantes en los accidentes, a las que se pueden añadir el incremento del número de desplazamientos (también en los trayectos cortos) y del parque de vehículos, como reflejo de la mejora económica, así como la bajada del precio de los carburantes y el aumento de vehículos extranjeros.