Los "Incendios y muy en particular los provocados intencionadamente por pirómanos e incendiarios, pueden llevar a la ruina a más de una explotación agroganadera alistana". Así lo defienden y lo denuncian los propios agricultores y ganaderos pidiendo un uso del fuego ajustado a la normativa vigente de Medio Ambiente (Junta de Castilla y León) con "Quemas legales y controladas" evitando "Siniestros forestales cuyas consecuencias casi siempre pagamos nosotros sin tener culpa ninguna".

El fuego se convierte en un arma de doble filo con graves consecuencias para los agricultores, ganaderos y cazadores. Un problema que afectara este año a Castro de Alcañices, Pino del Oro, Bermillo, Fonfría y Latedo entre otros muchos pueblos.

Los terrenos calcinados por un incendio forestal, así lo estipula la normativa de la Junta de Castilla y León, no podrán ser luego ni ser pastoreados (aprovechamiento de pastos extensivos para el ganado), ni cazados durante los cinco años siguientes.

A nivel agroganadero se suma un segundo y no menos importante problema: dichos terrenos no podrán ser incluidos a la hora de cobrar las ayudas de la PAC, lo cual supone una merma muy importante de ingresos para los agricultores y ganaderos.

En la mayoría de los municipios los Ayuntamientos ceden parte de sus terrenos públicos a los ganaderos para la PAC, algo que no se podrá hacer si los arrasó un fuego.