Los ganaderos de Fresnadillo de Sayago han pasado las últimas horas en pura tensión a consecuencia de un ataque de lobos que se ha saldado con siete ovejas muertas y dos heridas. El ataque se produjo, al parecer, en la tarde del domingo y fue observado por unos cazadores que, aunque no vieron al predador o cánidos en plena acción, se percataron del mismo por el espanto de las ovejas, según precisa uno de los afectados, Eduardo Herrero.

La Guardería Medioambiental certificó ayer en su parte que son lobos los autores de esta nueva matanza de ovejas en un territorio que lleva contabilizadas decenas de muertes en los dos últimos años.

En esta ocasión el lobo atacó primeramente el rebaño de Juan Manuel Garrote, luego sufrieron el asalto los rebaños de Eduardo Herrero y de Andrés Manso, con el resultado de dos ovejas muertas y una herida en cada explotación.

Se da la circunstancia que Frenadillo de Sayago fue uno de los escenarios elegidos por los técnicos de la Comisión Europea de Medio AmbienteComisión Europea de Medio Ambiente -acompañados por responsables de Medio Ambiente de Zamora, Valladolid y Madrid- para conocer in situ y de primera mano la realidad, y percibir la convivencia del lobo y de la ganadería. Sobre el terreno y ante las ovejas pudieron contemplar el paisaje lobero y la forma de pastorear el ganado.

Todos los ganaderos afectados en esta ocasión por el ataque lupino cuentan con un cañón de gas que dispara cada determinado tiempo, aunque no disponen de mastines.

Eduardo Herrero considera que el ataque "no ha podido ser llevado a cabo por un solo ejemplar, a juzgar por las distancias que se dan entre unos y otros rebaños". En su criterio, "la solución a todo esto pasa por lo mismo: que no haya lobo". Expresa que "llevamos 17 años sin lobo, en último en el año 2000". Subraya que desde su reaparición "estamos todo el día pendiente del ganado. No podemos ir a comer a casa siquiera".

Indica que cuando se dan estas situaciones "los ganaderos tienen que fijarse en los pájaros para localizar las muertas, y si se descuidan los buitres acaban con ellas". Sostiene que el lobo ataca "aunque se esté con ellas porque tienen mucho campo, donde se mueve el ganado porque, si hay, aire tira la bellota". Cifra en 150 euros lo que vale una oveja "con todos los carnés habidos y por haber", pero se le pagan 120 euros". Precisa que "una de las muertas estaba del todo al parir y ahora el cordero no lo vuelvo a ver". Pero el mal es mayor porque "en el puesto de las muertas hay que dejar otras, dejar las corderas que en lo que crecen y paren supone dos o tres sin producción". Repara, además, que se trata de ganado manejado en extensivo, "que si pudiéramos dejarlo dormir en el campo estaría de noche buscándose la vida. Pero de esta manera hay que encerrarlas y están estresadas". "No vi heridas el domingo por la tarde, pero lo noté luego por el estado del ganado" expresa.

Por su parte, el ganadero de Tudera, José Luis Pascual, también se despertó ayer con otro revés. "Estoy convencido de que es un cuervo porque por la mañana hay un montón. Es el tercero en unos días, y se suman otros tres corderos que fueron atacados por otro animal porque aparecieron con la cabeza y el rabo comidos". Aunque existe autorización para abatir el cuervo que se sospecha como habituado a atacar a las crías recién nacidas, de momento ni agentes medioambientales, ni ayuntamiento de Fariza ni el ganadero se quieren responsabilizar de su eliminación.

"Terminan por echarnos"

"Esto es el final y terminan por echarnos de aquí. Ahora estamos suministrando pienso, poniendo agua y atacan todo tipo de animales. Tengo una finca de seis hectáreas sembradas y, salvo unos metros cuadrados, está todo machacado por el jabalí. Te levantas y te preguntas qué habrá pasado. Antes no era así. Cuando andaba con mi padre no existían este número de bajas. La zorra podía matar alguno, pero ahora tenemos cercados, perros y no sirven" manifiesta.

El secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultores, Aurelio González, reitera que la Alianza UPA COAG "lleva mucho tiempo diciendo a la Junta de Castilla y León que acabe con el lobo que ocasiona estos daños porque lo que hace es matar, y no solo para alimentarse. Es algo que está probado". Afirma que "los ganaderos están convencidos de que el cánido está en el monte de La Albañeza", e insiste en señalar que la Alianza "exige a la Junta que ponga control al lobo porque los daños son desproporcionados y cualquier día la puede preparar todavía mayor".