La escasez de castañas y la situación de los castañares en fincas abiertas se está convirtiendo en un auténtico problema que puede traer trágicas consecuencias según los propietarios: "La gente le echa mucha cara y entra a cogerlas a sacos, algún día llegaremos, comenzarán las discusiones y acabaremos a palos". Castañicultores de Alcorcillo, pueblo perteneciente al municipio de Alcañices, es la cuarta localidad en denunciar los robos de castañas en una semana. Antes lo hicieron en Tola, Sejas y Alcañices: "Aceptamos que cojan para comer pero cuando se hace a cubos y sacos está claro que es para venderlas".