La Consejería de Fomento ha decidido instalar estos días señales de peligro de fauna a lo largo de la carretera CL 527, que enlaza Zamora con Portugal a través de Fermoselle, disponiendo las señales en una y otra parte de la carretera para abarcar ambas direcciones. Es una señalización que responde a la realidad de los accidentes de fauna que registra esta vía de comunicación, donde existe desde hace años un incremento de caza mayor como prueban los propios planes cinegéticos de los cotos de caza y la siniestralidad.

A la vista de esta operación, el sector ganadero muestra su malestar porque la Administración "trate de cubrirse las espaldas" con la colocación de estos indicadores y no haya dado una solución al paso de los ganados en una vía de comunicación que también evidencia un tráfico rodado al alza, con un importante movimiento de vehículos pesados.

En estos momentos en ciertos pueblos los ganaderos recurren a familiares, amigos, conocidos e incluso a ganaderos de otros pueblos para solicitar ayudas cuando tienen que desplazar sus cabañas a otros pastos ubicados al otro lado de la C-227, o bien recurrir a la Guardia Civil. Allí donde existen riberas los ganaderos aprovechan los cauces y los pasos construidos bajo la calzada para cruzar el vial.

El ganadero de vacuno Andrés Segurado es uno de los que afirma que debería haberse contemplado la colocación de señales de paso de ganado en algunos puntos de esta carretera cuando de procedió a la mejora del trazado. Acude en ocasiones a ayudar a otro ganadero de Fadón, "que me avisa" para mover el ganado cuando realiza el saneamiento o tiene que cruzar la vía. "El ganado hay que pasarlo de uno a otro lado y tenemos que ayudarnos, ponernos uno en la carretera y parar los coches. Son diez o quince minutos pero hay que estar pendientes". Señala, además, que cuando está la Guardia Civil se les dice "y ayudan".

El ganadero de Fermoselle, Ángel Manuel Díez, que ha visto cómo esta semana surgieron en la carretera las conocidas señalizaciones con el ciervo en plena carrera, asegura que "hace cuatro años que indicó a un operario de carreteras que la zona necesitaba una señal del paso de ganado doméstico (con la imagen de una vaca), pero no han hecho caso". Cree que debería están levantada casi en la misma zona "donde se puso el ciervo".

Sostiene que la Administración "tiene que mirar también por los ganaderos y no solo para los ciervos y la fauna". En el criterio del ganadero de Fermoselle, titular de una explotación de ovino, "lo suyo es que haya señalizados pasos para el ganado porque cuando tenemos que cruzar la carretera armamos la de San Quintín". Hace hincapié, asimismo, "en que la responsabilidad es del ganadero" pero, si existe señalización, los conductores tienen una advertencia que les llevará a moderar la marcha y a circular con mayores precauciones.

A lo largo de este recorrido de más de setenta kilómetros hasta Portugal, los ganaderos se sirven de los huecos dispuestos para el paso de los arroyos y de los cursos fluviales de cierta entidad para mover las reses. Sucede que son viables durante las etapas en que no están inundados por los caudales que impiden cualquier entrada a los mismos. En otros lugares aprovechan la salida o entrada de los caminos para, "con mil ojos", salvar la carretera.

El ganadero de Gáname Jesús Pintado señala que "en el 90 o 100% de los casos cada ganadero se busca la vida para no cruzar esa carretera". Afirma que "nunca ha pasado nada pero no se puede estar ahí parando coches". De modo que en Gáname todo evitan el cruzar con ganado este trazado vial. En otras carreteras de menor entidad, como Gáname a Abelón, sí cuentan con la señalan que indica el paso de ganado, instalada en un punto adecuado.

Reconocen los ganaderos que la invasión de la calzada por la fauna es una realidad casi diaria. "Hay jabalíes a barcadas" expresa Segurado, que repara en que esta misma semana un conductor colisionó con dos jabalíes destrozando el vehículo. Es una vía de repechos y badenes donde la visibilidad está más que comprometida, y además abierta a toda intromisión de la fauna.

Una prueba de la nueva realidad faunística la ven los ganaderos y los conductores en el incremento habido en la suscribir la póliza de seguro del vehículo, que recoge ya la accidentalidad con los animales salvajes.

La Ley de Seguridad Vial, tras su nueva concepción, deja la responsabilidad de los daños en las colisiones con la fauna en los propios conductores. La Administración queda al margen en lo viales debidamente indicados con las señales del paso de fauna silvestre, y los cotos son responsables en jornadas de práctica cinegética en que la causa de la entrada de animales a las vías obedezca al movimiento provocado por el gancho o la montería.