La convivencia promovida por el sacerdote don Rufino hace seis años entre sayagueses y portugueses de Miranda y Tras o Montes sigue ganado adeptos y consolidándose como se puso ayer de manifiesto en la ermita de Gracia, donde este año tocó la celebración, que se organiza un año en Almeida y otro en Miranda do Douro.

Es una convivencia de personas que mantenían una relación de amistad entrañable, que les llevaba incluso a cazar en cuadrilla a los aficionados a esta práctica cinegética, pero que luego afianzaron con un hermanamiento. La reunidos celebraron en la tarde de ayer una santa misa en la ermita de Gracia, con la presencia de la imagen de Santa Catalina, patrona de Miranda, y la Virgen de Gracia. Tras la ceremonia religiosa se celebró una cena de fraternidad en Almeida.