La Plaza Mayor de Moraleja del Vino exhibía ayer un amplio elenco de actividades diseñadas en torno a la III Fiesta de la Vendimia que se desarrollaba desde las doce del mediodía. Un mercado artesanal con 45 puestos de diferentes mercancías copaba prácticamente todo el paseo por el que curiosos y clientes miraban y compraban productos autóctonos como la cerámica y alfarería tradicional de Moveros o Pereruela, echaban un trago de la cerveza que se fabrica artesanalmente en Moraleja o aprovechaban para comprar artículos de artesanía, ropa y cuero, entre otros.

Una charanga animaba la jornada en la que la pisada de uvas para probar el mosto de la añada concentró a muchos niños que ayudaban al prensado de la uva, mayormente tinta tempranillo y alguna blanca paso previo a saborear los primeros mostos. La alcaldesa del municipio Eva Calvo así como la concejala de cultura Eva Pérez, vestidas de manera popular, ayudaban a la pequeña tropa de críos a pisar con ahínco los racimos de uva.

Era uno de los bodegueros locales, Guillermo Freire, adscrito a la Denominación de Origen Tierra del Vino, el que ofrecía los 60 kilos de uva tras concluir la campaña de vendimia, con una valoración pesimista. "En nuestro caso concreto casi se puede estimar en un 40% menos con respecto a la pasada campaña. La cantidad ha disminuido y también la uva presenta una acidez un poco alta, como la graduación, entre 15 y 16 grados". Bajo la Denominación de Origen Tierra del Vino y con su firma Jarreño, Freire tiene vendida de antemano toda la producción "e incluso he tenido que comprar uva dentro de la Denominación para cumplir con todos los pedidos".

La cata de vino, a cargo de la Asociación de Sumilleres, llegaba a media tarde y al aire libre, en la terraza del Bar Flamingo, mientras en los alrededores la Asociación Etnográfica Don Sancho marcaba con sus bailes y sonidos el acompañamiento de la fiesta tradicional.

La cena de la Vendimia con más de 800 raciones de patatas y carne, cerraba la fiesta en la Plaza Mayor de Moraleja del Vino.