El Ayuntamiento de El Piñero ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno en Zamora un informe legal sobre la denominación de la calle Millán Astray que existe en este pueblo, inquiriendo si la Ley de Memoria Histórica exige retirar el nombre de este general de los callejeros de España. El alcalde de la localidad, José Luis Riego Ferrero (PP), tiene dudas sobre la obligatoriedad de retirar la placa a Millán Astray porque "es un militar con una larga trayectoria anterior a la Guerra Civil, que fundó la Legión en 1920" y por eso esperará a obtener una respuesta del Gobierno antes de tomar una decisión.

El reciente cambio de nombre de la calle General Millán Astray en Madrid -paralizado por la justicia- generó protestas por parte de los partidarios de este cuerpo militar, sin embargo, los detractores de esta figura histórica argumentan que Millán Astray fue uno de los generales que en 1936 se sublevó contra la Constitución vigente en la época. De su papel en la Guerra Civil es famoso su enfrentamiento a Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936, durante el cual se atribuye al general haber acuñado la frase "¡Viva la muerte!".

El Piñero solicitó el informe a la Subdelegación del Gobierno después de que el Consistorio recibiera un requerimiento del senador Carles Mullet (Compromís) para que el municipio cumpla la Ley 52/2007, la conocida como Ley de Memoria Histórica.

Otro municipio zamorano que recibió una llamada de atención del senador valenciano es Vallesa de la Guareña, que hasta hace poco tiempo mantenía el callejero franquista en su anejo, Olmo de la Guareña. Sin embargo, el aviso de Mullet llegó tarde a este Ayuntamiento que hace ya un año comenzó a sustituir los nombres de las calles afectadas por la ley. Así se lo hizo saber al senador la alcaldesa, Teodora Puente García (PP), el pasado 29 de agosto. La regidora ha explicado a este diario que en Olmo de la Guareña se ha recuperado el callejero tradicional del pueblo: "Convocamos a los vecinos para que propusieran nuevos nombres a las calles, pero no vino nadie, así que tratamos de hacerlo sin levantar polémicas y para ello buscamos en los archivos los nombres que tenían las calles antes de la guerra. A lo largo del último año hemos ido cambiando las placas". Así, Sanjurjo, Moscardó o Queipo de Llano, militares que nunca en su vida pasaron por Olmo de la Guareña, han dejado paso a las calles Larga, Iglesia, del Prado o del Molino. Por otra parte, el gobierno local procuró "no modificar los números de las viviendas para evitar papeleo a los propietarios", abunda la primera edil.

Otros ayuntamientos no se han tomado en serio el aviso del senador para que se ajusten a la legalidad. Recientemente este diario se hacía eco de la reacción del alcalde de Rionegro del Puente (PSOE), que se negaba a cambiar el nombre de la calle y de la plaza José Antonio.

Mullet se ha propuesto barrer el franquismo de los callejeros de todos los municipios de España, pero a parte de calles perduran en todo el país otros símbolos de exaltación al régimen, símbolos que también están afectados por la Ley de Memoria Histórica, como los monumentos a los caídos por Dios y por España -es decir, a los muertos de un solo bando- que aún existen en numerosas plazas públicas de la provincia. Es el caso de Fermoselle, de Bermillo de Sayago, o de Vega de Villalobos, donde junto a su iglesia se levanta la cruz de la fotografía que acompaña a esta información sobre una losa en la que todavía destaca el nombre de José Antonio Primo de Rivera pese al mal estado del monumento.