Carbajales de Alba vivió ayer un espanto limpio en el que los toros apenas se salieron del recorrido previsto, algo no muy habitual en la villa albarina, por lo que el transcurso del festejo sorprendía gratamente a los centenares de aficionados que acudieron de todos los puntos de la provincia para disfrutar de este espectáculo taurino de gran tradición y solera.

El espanto concluyó pasadas las ocho y media con un único accidentado, un jinete cuyo caballo fue derribado de una puntada por uno de los toros. El hombre sufrió un buen golpe contra el suelo, aunque parecía que afortunadamente no revestía gravedad ya que logró levantarse por su propio pie, no sin antes pasar un buen susto cuando el astado hizo amago de emebestirle, pero sin llegar a cornearle.

Los tres toros demostraron bravura y proporcionaron buen juego en un encierro que duró tres horas, aunque hacia el final las reses ya acuciaban el cansancio lógico después de tantos envites contra los caballos. Junto a los astados, un centenar largo de jinetes protagonizaron el festejo, entre el equipo de profesionales contratado por el Ayuntamiento y todos aquellos caballistas aficionados que se sumaron a ellos en la Era.

Los profesionales manejaron a los mansos logrando que los bravos se mantuvieran en el recorrido, excepto uno de ellos que se desvió durante unos pocos minutos. Al dar por finalizado el espanto los novillos regresaron a los corrales bien guiados por los bueyes.

Tampoco faltó, en la distancia, la habitual manada de vehículos y remolques desde la que cientos de aficionados observaban a los toros correr por el campo carbajalino.

La villa celebrará el segundo espanto tradicional mañana, domingo, a las cinco de la tarde, antes de despedir las fiestas con una discoteca móvil. Mientras tanto, Carbajales también ofrece hoy cuernos a los amantes de la tauromaquia, concretamente un encierro urbano por las calles de la villa que está previsto que comience a las 17 horas.

Pero no solo hay toros en Carbajales, la orquesta Israel también conseguía llenar anoche la Plaza Mayor de gentes de todas las edades, vecinos, emigrantes y forasteros de otros pueblos de la zona que disfrutaron hasta altas horas de la madrugada de los grandes éxitos musicales de los últimos años.