Las calles de Carbajales de Alba brillaban ayer más de lo habitual gracias a los coloridos trajes de las mujeres que acompañaron a la patrona de la villa, la Virgen de Árboles, en la procesión que festejaba la Natividad de Nuestra Señora, y que culminó con la tradicional ofrenda floral a María. La patrona también lució un elegante manto negro rematado con los bordados característicos de la tierra, vivos colores y formas florales que devotas de todas las edades lucían en sus vestidos con más orgullo que nunca, después de que la reapertura del taller de bordados haya puesto en valor este legado cultural que suma al menos cuatro siglos de antigüedad y que el próximo martes se expondrá en la semana de la moda de Madrid en un desfile de María Lafuente.