Una semana después del incendio forestal declarado en Figueruela de Arriba el pasado 24 de agosto, una quincena de vecinos afectados por el siniestro se concitaba durante la mañana de ayer en el consistorio de la localidad para asistir al primer encuentro formulado por la Diputación en aras de paliar los daños producidos por el fuego. No obstante, según precisaba Mayte Martín Pozo durante la reunión, tan solo podrán ser beneficiarios de la línea de ayudas aquellos damnificados cuyo "medio de vida" sea la agricultura o la ganadería, es decir, "personas que se dediquen a título principal a trabajar en explotaciones agrícolas y ganaderas, personas que viven de esa actividad y pueden ver peligrar su futuro con los daños producidos por el fuego".

Un requisito tan solo cumplido por uno de los asistentes a la reunión: un ganadero que acreditó la calcinación de maquinaria agrícola y forraje. Así, los daños de frutales, viñedos y cercados reclamados por otros vecinos no serán cubiertos por la subvención de la Institución Provincial. El malentendido provocó un chasco para vecinos como Sabina, a quien las llamas le calcinaron su manzanal, o a César Codesal, titular de una nave de materiales de construcción donde ardieron tubos de PVC y palés de madera por valor de 4.000 euros.

En este sentido, el alcalde de Figueruela de Arriba, Carlos Pérez, reconocía el equívoco por parte de algunos de los habitantes aunque anunciaba la petición de más ayudas a otras instituciones: "Recurriremos a la Junta a ver si puede ayudar a la gente que no le pertenece nada", manifestaba.