Los camiones cisterna continúan llevando agua al depósito de Castellanos, desde el embalse de Cernadilla, para tratar de limpiar tanto el tanque, con capacidad para 800.000 litros, como la red de abastecimiento de Puebla y Castellanos.

Las condiciones del agua que baja por el río Tera han mejorado solo ligeramente, al descender el grado de turbidez de las aguas, y ha despertado el interés de los visitantes que se acercan a ver el estado del río, como una familia que veranea en Otero de Sanabria que extrajo agua en una botella donde era visible la turbidez, aunque en menor grado que los tres últimos días. La empresa Aquona preparaba la colocación de prefiltros a los depósitos, y reducir la entrada de lodos.

En el municipio de Galende, aguas arriba, ha saltado una nueva preocupación con los lodos y cenizas acumulados en las zonas de crecida del río arrastrados con las últimas lluvias, en particular el entorno de la presa de Corneira. La capa, negra y espesa, volverá a las aguas si no se toman medidas, cuando haya nuevas crecidas que pueden complicar nuevamente las tareas de abastecimiento, en Galende y la limpieza de la red en Puebla de Sanabria.