Fermoselle amaneció ayer sorprendida por los incendios iniciados durante la noche en diferentes puntos del término y del Parque Natural, cuyo humo ponía su olor a la fiesta, y dispuesta a vivir con espectáculo el primero de los encierros tradicionales programados con motivo de los festejos de San Agustín, anunciado para las 11.00 horas de la mañana.

Una hora antes la juventud enfilaba tranquilamente hacia los corrales de San Albín para participar del recorrido ante los astados, el agente municipal supervisaba que el vallado ofreciera garantías y los espectadores tomaban asiento en cantos, balcones y, sobre todo, en la plaza de madera que adorna el epicentro de Fermoselle y donde son recibidos novillos, cabestros y corredores.

El campanero animaba el ambiente sobre el tejado del Ayuntamiento, la megafonía anunciaba que niños, ancianos y personas desvalidas no ocuparan la zona del recorrido ni la plaza, y el lanzamiento de cohetes previno, primero, y arrancó después el encierro con toda puntualidad.

Dos minutos y treinta segundos bastaron para que los gritos del respetable salieran de las bocas porque, como huyendo del fuego, llegaron a la plaza corredores y astados. Toda el parapeto de personas que se agolpa a la entrada, sin quitar los ojos del frente, se desquicia nada más ver aparecer los cuernos. Apenas si miraron al tendido los toros, pues dieron con el portalón de entrada a chiqueros al instante.

El espectáculo taurino también contó con la presencia de la presidenta de la Diputación de Zamora, Mayte Martín y Pozo, y de Alejandro Fermoselle, que se recupera de un achaque y ha dejado al alcaldía en manos de Manuel Moya, que por causa del incendio llevaba la noche en vela. Fue un encierro rápido y sin incidencias reseñables, que por las características del recorrido exige piernas ágiles y mentes valientes.

Los aficionados contaron seguidamente con la bravura de las vaquillas a la que trataron de sacar el máximo juego en el coso taurino, con citas y recortes de todo orden que los espectadores seguían con entusiasmo. Hubo arrancadas y recortes que causaron fuertes emociones a los espectadores.

El humo y las nubes dejaron el sol en segundo plano y la estancia era agradable. Incluso algunas gotas de agua evidenciaron que hay gente precavida y llevaba paraguas.

Los bares de la zona estaban al máximo de clientes porque Fermoselle atrajo ayer el interés de todo Sayago y el entorno portugués y salmantino.

Fue una programación festiva marcada por el incendio. El gran festival taurino anunciado en la plaza del Paseo, con toros de la ganadería de Lorenzo Rodríguez de Espioja (Salamanca) fue finalmente suspendida tras haberse rebasado la hora de empiece y ante las dificultades del personal médico y sanitario de atender este espectáculo ante las circunstancias impuestas por el incendio que devoraba la zona.

El empresario Enrique Martínez, propietario de Ambulancias Enrique y Norteleón destinó sus vehículos a cooperar en la evacuación de los residentes en el centro Conchita Regojo. Al final el gran festival taurino fue suspendido y devuelto el dinero a los aficionados, todo en un ambiente tenso porque ayer el clima, que se apuntaba como festivo, resultó infernal.